Si sos hombre, te separaste y tenés hijos: “Ay… qué divino, tiene desarrollado el instinto paternal, qué tierno, papito!” Si sos mujer: “Uf, viene con un paquete, tres pibes tiene!”
Si sos hombre, y no tenés hijos, estás a punto caramelo, estás para todo! Si sos mujer, te separaste y no tenés hijos, es que estás buscando un padre para tus hijos!!! Y no…también podés buscar a alguien para coger… y que después sea el padre de tus hijos…
Yo no tengo hijos. Y es complicado conocer a un tipo, porque se genera mucha presión. Y yo quiero desdramatizar y hago chistes…
“Si, todavía tengo tiempo para tener hijos…15 días, hasta que ovulo.”
“No, no, es un chiste, de verdad no hay apuro, tengo óvulos congelados… Ahí, al lado del hielo para el whisky ¿querés otro?”
“Si, obvio que podés acabarme en las tetas, ¿qué pensás? Que voy a juntar todo y me voy a autoinseminar? ¿Que tengo una pipeta escondida en el baño? En el botiquín, detrás de la crema antiage?”
(Verónica Lorca)
Se para sobre el escenario y pone lo que hay que poner. Habla, se ríe, arma sinónimos con y sin sentido y pregunta sobre la palabra menos nombrada y más imprescindible. ¿Quién podría señalar en una rueda de reconocimiento la zona más placentera de su cuerpo? La carcajada no calma y, a la vez, las preguntas pueden disfrutarse, como en el sexo. Verónica Lorca tiene 43 años, hace stand up y es guionista. A partir de octubre vuelve los viernes a la trasnoche con el espectáculo “Divas” que comparte con su socia y amiga Florencia Alcorta (Flor Alkorta) y una invitada especial por noche (como Mariana Carbajal, Ernestina Pais, María O´ Donnell o Belén Francese, entre otras).
Verónica Lorca y Florencia Alcorta se conocieron trabajando en la televisión. Y se hicieron amigas. Hicieron del hashtag #EsParaUnaAmiga una marca registrada sobre todas esas preguntas que las mujeres hacen con el escudo de hacerlas para una amiga en las redes sociales y en los escenarios. Se volvieron íntimas, se cuidan el perro, se van a rescatar de acosos callejeros y son socias desde hace cuatro años. Escribieron juntas la obra “Menopausia” y la adaptación de “Confesiones de mujeres de treinta”. Pueden ser jefas y subordinadas, compañeras, pelearse por un chiste pero siempre trabajar con un compañerismo demonizado o angelizado de los vínculos entre mujeres. Hace cuatro años que van a los Encuentros de Mujeres y hacen del humor parte del cuerpo que corre, habla, discute, canta y abraza. Además, armaron un cancionero feminista para convocar al Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo junto al colectivo Ni Una Menos. El humor es regocijo, batalla, descanso, remanso y polenta colectiva como la risa que retumba en ecos.
Existe la demonización de las mujeres trabajando juntas como competitivas e insoportables o la exaltación de la sororidad como si no pudieran existir las diferencias.
-F.A.: No tenemos diferencias. Yo confío tanto en su criterio que si propone otro chiste pienso que debe estar bien.
-V.L.: Yo trabajo muy bien con ella y con otras mujeres como Connie Ballarini. Me gusta armar equipo.
¿La idea de #EsParaUnaAmiga es también resaltar todos los escudos que implican las amigas para las mujeres hasta para reírse o preguntar?
-F.A.: Yo quería preguntar sobre prácticas masturbatorias. Tengo un perfil de desubicada y de no tener filtro.
-V.L.: Pensábamos en el uso más careta de las redes sociales, pero siempre es bueno poder escudarse en una amiga.
Uno de los prejuicios contra el feminismo es ponerlo como sinónimo de corset o solemnidad. ¿El humor feminista irreverente y creativo propone herramientas nuevas?
-V.L.: El humor es una buena herramienta para cualquier cosa. Las mujeres tenemos un montón de humor. Nosotras estuvimos peleando contra el humor femenino. Nunca presentan a un tipo diciendo “Ahí viene el humor masculino”.
-F.A.: No es que decís “Soy feminista y voy a hacer humor”. Sos feminista y hacés humor.
-V.L: Porque hacés humor desde tu mirada. Llevás al escenario lo que te pasa en la vida, lo que te molesta y querés dar vuelta. Yo de chica decía “También puedo”. No me gustaba quedarme afuera por ser mujer.
-¿Cómo es la experiencia en los Encuentros de Mujeres?
-V.L.: Fuimos a Salta, Mar del Plata, Rosario y vamos este año a Chaco. Fui sola la primera vez y se sumó Alejandra Bavera. Pusimos todo lo que teníamos para poner y fue maravilloso.
¿Cuáles son las diversidades de estilos y formas de las comediantes feministas?
-V.L.: Cada una tiene su forma de poner el feminismo arriba del escenario y con el tiempo nos damos cuenta de por dónde. Y cada una va descubriendo qué lugar le queda cómodo. Lo importante es no burlarse de los y las débiles.
-F.A.: El humor sobre la clandestinidad del aborto, por ejemplo, es un humor de denuncia.
-V.L.: Reírse de nosotras mismas también es una forma de dar batalla.
Ustedes escribieron “Menopausia” o “Confesiones de mujeres de 30”. ¿Cuál es el valor de romper las barreras entre algo popular, masivo y militante?
-V.L.: Todo es militante, podés hacer algo más popular o menos trash, pero la mirada ya no se corre cuando escribimos. Hablar de la menopausia es algo piola aunque la palabra piola delate mi edad.
-F.A.: Me encanta hacer obras populares. Es un terreno que trabajamos con mucho cuidado.
¿Cómo fue el cancionero feminista?
-V.L.: Surge por la necesidad nuestra de comunicar. Somos comediantes y es nuestro aporte al Paro del 8 de marzo y al movimiento de mujeres.
-F.A.: Nosotras cantamos si en la calle te tocan el orto es porque llevás pollera corta. Y si una canción puede penetrar por otro lado está bueno. ,