La presidenta chilena Michelle Bachelet promulgó hoy la ley de aborto no punible. Lo hizo en el Palacio de La Moneda ante una audiencia de 1500 personas, en su mayoría mujeres. Así se pone fin a un debate que duró más de dos años y reincorpora al derecho del país trasandino una norma que había sido quitada por la dictadura pinochetista.
Entre los presentes estuvieron los candidatos presidenciales Alejandro Guillier, Carolina Goic y Marco Enríquez-Ominami. En representación de Sebastián Piñera estuvo la diputada Karina Rubilar, que celebró el hecho de que “sacamos a Chile del grupo de pocos países que criminalizaban a las mujeres a todo evento, obligándolas a actitudes heroicas, a llevar embarazos forzados en causales tan dramáticas como poner en riesgo su vida, o bajo inviabilidad fetal y violación". Rubilar integra los equipos de salud del expresidente y actual candidato conservador.
“Las mujeres de Chile hemos conquistado o reconquistado un derecho básico, el poder decidir por nosotras mismas frente a casos extremos”, aseguró la mandataria, quien en seis meses dejará el poder. La ley había sido una promesa de campaña en las presidenciales de hace cuatro años y tuvo que sortear la oposición de la Iglesia y los partidos de derecha.
La ley había sido aprobada en el Congreso a comienzos de agosto, posibilitando la interrupción del embarazo en caso de peligro para la madre, inviabilidad del feto o violación. La derecha apeló ante el Tribunal Constitucional, donde apostó a un recambio de jueces ya pautado de antemano, para poder hacer valer su mayoría. La discusión ante esa corte fue rápida: los argumentos de los opositores a la ley fueron desestimados y la norma quedó firme.
De esta forma, Chile deja de ser uno de los pocos países del mundo con total punición del aborto, sin contemplarlo en ningún caso. De hecho, había sido legislado en 1931 para casos de fetos inviables o riego de vida para la madre. Augusto Pinochet lo prohibió en 1989, sobre el fin de su extensa dictadura.
"Hoy por fin firmamos la ley que consagra el derecho que tiene toda mujer a decidir sobre su cuerpo y sobre su embarazo en tres casos sumamente precisos y humanamente difíciles”, ponderó Bachelet al promulgar la norma, que se suma a la aprobación de la unión civil para parejas homosexuales y a la reforma del sistema educativo, que busca asegurar la gratuidad educativa por primera vez en décadas.
La jefa de Estado agregó que "durante estos años tuvimos un debate pensando en encontrar una solución a nuestros problemas valorando la opinión de todos, sin imponerle nada a nadie y sin tener que atacarnos para quedarnos con la última palabra".
A partir de la promulgación, hay 90 días para que el gobierno establezca el modo de implementar la ley. De allí que se calcula que entrará en vigencia para mediados de noviembre.