El termómetro del desempleo marcó 8,7 por ciento en el segundo trimestre del año. La cifra representa una reducción marginal frente al mismo período de 2016 cuando la desocupación se había disparado hasta el 9,3 por ciento. La mejora estadística no responde a una reactivación del universo laboral. Aunque el nivel de actividad muestra una mejora frente a la recesión del año pasado no se crearon más puestos de trabajo. El resultado laboral divulgado ayer se explica porque aumentó la cantidad de personas que dejaron de buscar empleo y salieron del mercado laboral. El fenómeno que se expresa como una reducción en la tasa de actividad estuvo acompañado además por una merma de menor magnitud en la tasa de empleo. Eso implica que también cayó la cantidad de personas ocupadas en relación a la población total.
La proyección de los datos del Indec al total del país arroja que 1.555.000 personas estuvieron desocupadas. La subocupación, aquellas personas que tienen trabajo pero desearían hacerlo por más horas pasó de 11,2 a 11,0 por ciento que a nivel nacional equivale a 1.950.000 individuos. Así, entre abril y junio, 3,5 millones de argentinos presentaron problemas de empleo. La cifra publicada ayer es la primera que permite una comparación interanual en el gobierno de Mauricio Macri ya que durante el primer trimestre de 2016 el Indec decidió no publicar los datos en el marco del apagón estadístico.
En un contexto donde algunos datos macroeconómicos comienzan a mostrar cierta reactivación el universo laboral no da cuenta de la reactivación del universo laboral que promocionan desde los ministerios de Trabajo y Hacienda. La caída en los niveles de desempleo de 9,3 a 8,7 por ciento, 0,6 puntos porcentuales, se debe a una reducción en la tasa de actividad superior a la merma en la tasa de empleo. El número de individuos activos -tienen o buscan trabajo- sobre toda la población pasó de 46,0 a 45,4 por ciento en un año. Por su parte, el nivel de empleo cedió de 41,7 a 41,5, o sea que además disminuyó la cantidad de personas ocupadas en relación a la población total. Los datos muestran a su vez una reducción en los niveles de ocupación demandante de empleo. La población ocupada que busca activamente otro puesto pasó de 15,7 a 14,7 por ciento. El informe oficial sostiene que “comparando con el mismo trimestre del año anterior, no se presentan diferencias en ninguno de los indicadores”. Desde la perspectiva del organismo los resultados no alcanzan para celebrar una mejora en el mercado de trabajo pero tampoco son suficientes para advertir sobre un mayor deterioro que el observado desde que volvió a publicar las estadísticas laborales en el segundo trimestre de 2016. En los términos planteados por las autoridades del Indec, la desocupación de 8,7 por ciento no difiere del 9,3 por ciento alcanzado el mismo período del año pasado que para la dependencia había marcado un “incremento estadísticamente significativo”.
En materia regional la desocupación en el conurbano ascendió hasta el 10,9 por ciento que representa un incremento del 0,3 por ciento frente al mismo período del año pasado. Las otras tres áreas relevadas por el Indec que arrojaron guarismos de dos dígitos fueron Mar del Plata, Gran La Plata y Gran Rosario. En la ciudad balnearia el desempleo llegó hasta el 11,9 por ciento al subir 0,3 puntos. Por su parte, en el territorio de la capital bonaerense el desempleo marcó un salto del 6,9 al 10,2 por ciento en el segundo trimestre, una de las variaciones más abultadas. En el Gran Rosario las cifras mostraron una leve reducción al ceder 0,9 puntos hasta 10,8 por ciento.
En la Ciudad de Buenos Aires el desempleo llegó a 7,0 por ciento. La cifra es significativamente inferior que el promedio nacional pero en valores absolutos representa a 113 mil personas sin empleo en el distrito más rico del país. La semana pasada las autoridades estadísticas porteñas difundieron los resultados de su propio relevamiento donde el desempleo ascendió hasta 10,5 por ciento. La cifra repitió el registro de igual período del año pasado que había establecido el record de la serie del indicador nacido en 2014. Las mediciones indican que en el segundo trimestre del año hubo 178.205 personas en la Ciudad activas sin posibilidad de trabajar.
Los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que permiten rastrear el desempeño del empleo registrado muestran que desde que asumió Cambiemos tuvo lugar una transformación de la estructura laboral: se destruyen empleos de calidad y remuneraciones por encima del promedio en el sector privado, concentrados en la actividad industrial, que son reemplazados por puestos precarios y con menores ingresos. Los datos muestran que 85 de cada 100 nuevos empleos privados corresponden a monotributistas, empleo municipal y provincial, trabajo en casas particulares y monotributistas sociales.