Priorizar el diálogo y reducir la grieta o la desigualdad, como prefirieron algunos sindicalistas, fueron los temas de la reunión que la conducción de la CGT mantuvo con los representantes de la Pastoral Social de la Iglesia católica. El encuentro se realizó en la sede de la central obrera en el marco de la estrategia sindical de recuperar los espacios de diálogo institucional que, en el fondo, les sirven para dar de baja a un escenario de confrontación con el gobierno nacional.
“Hace años que trabajamos en conjunto con la Pastoral Social en relación a las preocupaciones de carácter social que afectan al país”, sostuvo el triunviro Juan Carlos Schmid cuando la reunión había concluido. El encuentro fue acordado la semana pasada luego de que triunfara (al menos por ahora) la tesis dialoguista dentro de la CGT y que se había inaugurado con una reunión con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
Por la curia local participaron el titular de la comisión episcopal, el obispo emérito Jorge Casaretto; el secretario ejecutivo de la comisión, el sacerdote Adalberto Odstrcil, y los integrantes de la comisión de Justicia y Paz, Emilio Inzaurraga y Félix Tesone. Por la CGT se sentaron, además de Schmid, Francisco Gutiérrez (UOM), Abel Frutos (panaderos), Argentino Geneiro (gastronómicos), Julio Piumato (judiciales), Oscar Plaini (canillitas), Sergio Romero (docentes) y Roberto Coria (guincheros), entre otros. No estuvieron presentes los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña.
La charla tuvo un momento de análisis de la realidad política, social y económica que atraviesa el país. Según los sindicalistas vieron a Casaretto “muy preocupado por que se resuelva la grieta” y en ese sentido reiteró en más de una oportunidad la necesidad del diálogo para avanzar en la resolución de la inequidad.
Un punto que llevó a Plaini a sostener ante los referentes eclesiales que “el diálogo es imprescindible para resolver la desigualdad pero para eso necesitamos respuestas”. en obvia referencia al espacio que se reabrió con el Gobierno. El titular del gremio de canillitas no perdió la oportunidad para señalar que el Gobierno mantiene una relación compleja con los sindicatos, recordó las intervenciones, y el respaldo que tienen estas medidas desde un sector de la Justicia, la protección mediática que las avala generando las condiciones para que “los empresarios se envalentonen y hablen de una reforma laboral al estilo de Brasil”.
Casaretto insistió en la necesidad del diálogo y, de paso, les transmitió la preocupación de la Iglesia ante las divisiones internas que visualizan en la CGT. Los gremialistas le explicaron que las diferencias internas existen, que el mejor camino que encontraron fue el triunvirato que incluye el desarrollo de una agenda social de trabajo. Cuando se despidieron, Schmid resumió el encuentro: “La Iglesia siempre ha señalado que la desigualdad, la pobreza, el fenómeno del narcotráfico y los problemas en los sectores más castigados por las necesidades económicas son compartidos por la CGT”. Por su parte, Casaretto dijo que “fue una reunión de intercambio, de las que tenemos habitualmente con la CGT y escuchamos en qué andan ellos en estos momentos, qué es lo que están transitando”. En cuanto a la situación económica del país, el obispo reconoció que “desde la crisis de 2001 el problema central es la inequidad en la Argentina, y esa es la gran problemática que tenemos que seguir abordando todos”.