Harry Dean Stanton fue un rostro común en la pantalla de cine durante más de sesenta años. Alto y desgarbado, su nombre no se asoció a su cara hasta el éxito internacional de Paris, Texas, en los 80. A los 91 años, murió hoy en Los Angeles.
Nacido en Kentucky en 1926, Stanton comenzó su carrera a mediados de los años 50 con pequeños roles. Lo hizo en forma tan silenciosa que ni siquiera figuró en los créditos de su primera película, The Wrong Man de Alfred Hitchock, en 1956. Alternó esa clase de papeles con apariciones en series de TV como Rin Tin Tin, Laramie y Bat Masterson.
En los 70 comenzó a tomar relevancia en películas de directores ascendentes como John Milius, en Dillinger; y Sam Peckinpah, en Pat Garrett y Billy The Kid, ambas estrenadas en 1973. Un año después era uno de los agentes del FBI que custodiaban a Frank Pentangeli, el mafioso que denunciaba a Michael Corleone en El Padrino II, de Francis Ford Coppola.
La fama le llegó de a poco. En 1979 fue uno de los siete actores que integraron la tripulación de la nave espacial en Alien, el film de Ridley Scott, pionero en combinar ciencia ficción y terror. Ya en los 80 se lo pudo ver en películas de éxito como Repo Man de Alex Cox y Christine, el film de John Carpenter basado en una novela de Stephen King.
En 1984 llegaría el rol que le daría fama mundial: Paris, Texas de Wim Wenders, escrita por Sam Shepard, que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Allí compuso a Travis, el hombre que en medio del desierto emprendía el viaje, junto a su hijo, para encontrar a la esposa que lo había abandonado.
Ya tenía casi 60 años y se conformó con papeles de reparto. Así se lo pudo ver en la segunda mitad de los 80 en la comedia romántica Pretty in Pink y en La última tentación de Cristo de Martin Scorsese, donde se puso en la piel de San Pablo.
Al despuntar los 90 trabajó con David Lynch. Estuvo a las órdenes del director en Corazón salvaje, también ganadora de Cannes, y en Fuego camina conmigo, la película que compendiaba la serie Twin Peaks. Justamente, Lynch lo convocó para la esperada tercera temporada de la serie, y así se lo pudo ver en cinco episodios este año.
La muerte lo encontró en el hospital Cedars Sinai de Los Angeles pocos días después del final de la temporada de Twin Peaks. Entre cine y TV dejó tras de sí casi 200 apariciones en la pantalla.