En la historia de todo país hay momentos oscuros, de crisis e incertidumbre donde hasta el futuro parece desvanecerse. La Argentina vivió muchos de esos, algunos muy trágicos y hasta sangrientos. El actual, con el triunfo de Javier Milei en el balotaje con el 55,66 por ciento, recién comienza y —de acuerdo al discurso del presidente electo— nada hace prever que lo que vendrá será un lecho de rosas.
Milei llegará a la Casa Rosada sumando de manera casi aritmética los votos de Juntos para el Cambio: por el momento todo el antiperonismo unido. No solo eso, también asumió las propuestas de Mauricio Macri, uno de los ganadores de estos comicios, como la de implementar los cambios pero más rápido y sin gradualismo. Del otro lado queda el peronismo o Unión por la Patria que cosechó 44,30 por ciento de las voluntades. Es una derrota que, como todas, más temprano que tarde sacará a relucir diferencias y viejos rencores. Ahora, el desafío para el movimiento nacional y popular es el de reconstruirse y volver, como en otras oportunidades, a remar contra la corriente para recuperar la confianza y el acompañamiento de las grandes mayorías para reconstruir (una vez más) el país para todos y todas. Estos 40 años de democracia ininterrumpida los obliga a intentarlo.
Si todo irá más rápido, "sin gradualismos" ni "tibiezas" —como afirmó Milei— entonces habrá que esperar no solo el cierre del Banco Central sino también el retorno de la jubilación privada, la reducción a la mínima expresión de la educación y salud pública y, además, las privatizaciones. Todas medidas que generarán mucha resistencia a un inminente gobierno de Milei que, como demostró, no cultiva el perfil de un estadista decidido a lograr los consensos necesarios para garantizar la paz social. Su vicepresidenta, Victoria Villarruel, mucho menos.
Nadie sabe cómo seguirá el país a partir de este lunes. Massa le reclamó compromiso al ganador: "Desde mañana, la responsabilidad, la tarea de dar certezas, de transmitirle garantías sobre el funcionamiento político, social y economico es responsabilidad del presidente electo", afirmó el candidato derrotado.
Milei, en tanto, ya avisó que quiere mantener distancia con el gobierno de Alberto Fernández: "Que el gobierno se haga cargo hasta el fin de su mandato", avisó. El actual presidente, que logró cultivar un perfil tan bajo que a veces parece que no estuviera en el puesto, anunció que este mismo lunes se encontrará con el libertario para dar inicio a esta transición de apenas 20 días.
Mientras tanto, el mayor ganador de esta contienda parece preparado para una revancha. "No hay dudas de que hoy comienza una época", afirmó Macri a través de un tuit. Fiel a su estilo y en línea con las amenazas que supo lanzar Milei, advirtió que "las responsabilidades del desastre económico producido por el gobierno actual, especialmente por la gestión de Massa, no pueden ser exoneradas tan fácilmente cuando entregan un país quebrado. No podemos aceptar en silencio que el culpable se despida como salvador".
Gobernar y legislar
Todo nuevo gobierno necesita de leyes y para eso es preciso el control del Congreso. El bloque de LLA logró cosechar 37 diputados y por ahora JxC tiene 93 curules. La sumatoria de estos dos bloques le permitiría a Milei tener un mejor panorama en la Cámara baja. Sin embargo, hasta este domingo se daba por sentado que los 25 radicales y los 10 legisladores de la Coalición Cívica se saldrían del paraguas de Juntos por el Cambio. Por ahora solo lo confirmaron los que responden a Elisa Carrió.
En el Senado pasa algo similar. La bancada de UxP tendrá 35 integrantes, si es que no hay fractura. Los libertarios estrenarán bloque con 7 integrantes y seguramente buscarán sumar a los senadores macristas y alguno de los radicales.
Si Milei logra el control al menos de una de las cámaras legislativas podrá recurrir sin problemas a la herramienta del Decreto de Necesidad y Urgencia. Los DNU matienen su condición de fuerza de ley si por lo menos una de las Cámaras del Congreso los aprueba.
Táctica y milagro
El resultado de las elecciones del 22 de octubre pasado bien pudieron considerarse un milagro para el actual oficialismo. A pesar de la gran crisis económica que atraviesa el país, Sergio Massa logró imponerse por sobre Milei y Patricia Bullrich. Un éxito que se consiguió con una bien pensada campaña electoral pero también con el ímpetu que le impuso la micromilitancia que ocupó todo los intersticios de la sociedad para convocar a votar a UxP. Una fórmula que se aplicó otra vez para el balotaje pero que resultó insuficiente.
Y es que la respuesta a la estrategia del oficialismo fue la de generar una nueva alianza entre Milei y Macri que unieron fuerzas. Hubo rispideces y peleas entre los socios de JxC y desde el actual oficialismo se especuló con que esa división también se trasladaría a los votantes de los partidos que integran Juntos por el Cambio. Parecía una buena táctica capaz de superar el acercamiento de Macri y su partido PRO a las huestes libertarias. Sin embargo, y en una lectura rápida de los resultados del balotaje, los que votaron a JxC acompañaron de manera disciplinada al libertario. Todo indica que poco o nada influyó la pelea sin tapujos entre dirigentes del radicalismo (sobre todo el jujeño Gerardo Morales) y Macri. Ahora habrá que ver qué actitud tomará el radicalismo ante este nuevo escenario. Un triunfo como el de este domingo suele acallar las voces críticas y hasta olvidar los desencuentros.
Derrota y futuro
El cimbronazo que significó perder el balotaje por 11 puntos porcentuales llevó a Massa a reconocer —en su discurso de reconocimiento de los resultados— que "termina una etapa" en su "vida política". Convocó a las nuevas generaciones a protagonizar un cambio transicional y afirmó que seguramente encarará "otras tareas y responsabilidades, pero sepan que siempre van a contar conmigo". Afirmaciones que sonaron a despedida y no solo de la candidatura. A partir de ahí comenzaron a circular versiones de que Massa tomará una licencia en el Ministerio de Economía. El rumor se dispersó pero nadie llegó a confirmarlo. Una salida de Massa de la cartera económica podría representar una peligrosa profundización de la crisis. Por lo pronto este lunes el ministro se reunirá con el Presidente y ahí se definirá su situación.
Si el triunfo amalgama, diluye las diferencias y amiga a los distanciados, la derrota profundiza las diferencias y espabila los rencores adormecidos. Habrá que ver cómo impacta este resultado en Unión por la Patria. El peronismo suele ser magnífico en el triunfo pero no escapa a las generales de la ley ante una situación de pérdida electoral. La ausencia de una conducción clara impactará sin duda en las representaciones parlamentarias o la relación de los gobernadores con el gobierno que asumirá el 10 de diciembre.
Ahora llegan los tiempos de revisar lo que se hizo mal, lo que provocó la desconexión con aquellos sectores que históricamente acompañan al movimiento nacional y popular encarnado en el peronismo, los que los dejaron de votarlo y los sectores juveniles que abrazaron una propuesta individualista. Por lo general el perder la esperanza y la confianza lleva a optar por caminos complejos y hasta errados en lo individual. A nivel sociedad también se producen estos yerros que terminan por provocar esos momentos oscuros en la historia.
Muchos de los que festejan el triunfo de La Libertada Avanza expresan a viva voz su odio por el peronismo. Si embargo, no todos lo que votaron a Milei son antiperonistas. En ese universo hay muchos desilusionados de la esperanza que representó el Frente de Todos en 2019. Errores, desaciertos y peleas internas que parecieron no terminar jamás impactaron de manera negativa en el alma de estos sectores sociales, tanto como la crisis económica en el bolsillo. Ahora, como tantas veces, toca remarla una vez más.