Por 39 votos a favor y 17 en contra, la mayoría del oficialismo, la Cámara de Senadores convirtió en ley la expropiación del hotel Bauen, uno de los iconos de las cooperativas administradas por trabajadores producto de la crisis económica de 2001. La legislación declara de “utilidad pública” al inmueble –sobre el que pesaba una orden judicial de desalojo- y lo cede en comodato a quienes hace 14 años se hicieron cargo del manejo de sus propias fuentes de trabajo.
“Ahora vamos a poder trabajar más tranquilos”, destacó a Página/12 la presidenta de la cooperativa, María Eva Lossada, quien calificó a la expropiación como “el fruto de una lucha de los trabajadores y de las organizaciones y espacios que apoyaron” el reclamo a lo largo de estos años.
El texto declara de “utilidad pública” al inmueble ubicado sobre Callao al 300, casi esquina Corrientes, de la Ciudad de Buenos Aires, y establece que se le expropian todos los bienes muebles e inmateriales, las marcas y patentes que tengan relación con la explotación turística, social y comunitaria que se desarrollan en el Bauen.
Además de blanquear la explotación del hotel, algunas de las puertas que abre la expropiación son la de establecer contratos de alquiler, de adquisición y prestación de servicios, modificar la situación laboral de los 140 trabajadores, aumentar y mejorar las inversiones y frenar los continuos intentos judiciales de desalojo, fogoneados por el gobierno porteño.
El tratamiento del tema fue impulsado por el senador misionero del Frente para la Victoria Juan Manuel Irrazábal y la ley fue aprobada a la medianoche en una sola votación en general y en particular en la última sesión ordinaria, a casi un año de que la Cámara de Diputados le diera media sanción.
El costo económico del proceso de expropiación quedará a cargo del Estado nacional, aunque aún no se determinaron los porcentajes. Mientras, se lo cederá a la Cooperativa de Trabajo Buenos Aires una Empresa Nacional Limitada, “para la consecusión de su objeto social”. De todos modos, una de las posturas de los trabajadores es que se declare al Bauen como “patrimonio nacional”, ya que “es una cooperativa de los trabajadores pero también es parte del Estado”, puntualizó a Lossada.
“Ahora no somos ilegales”, definió y se apresuró a aclarar que “si bien siempre trabajamos legalmente, para algunas cuestiones estábamos en una situación de indefinición”, como por ejemplo en la regularización de los servicios públicos.
En su intervención sobre tablas, Irrazábal subrayó que la ley sancionada busca dar "una solución definitiva" a la situación del hotel y, a la vez, "resguarda el interés de los trabajadores". También contempla "el interés de los particulares, que serán indemnizados por el Estado" y la utilización del hotel para "turismo social" para jubilados y pensionados.
"Regalar una fortuna de plata para unos pocos señores es una cuestión que no podemos apoyar", se opuso el macrista Federico Pinedo.
El presidente provisional del Senado argumentó a favor del rechazo que la expropiación del edificio "es una situación muy peculiar" porque "el valor del bien es enorme” debido al lugar en que está emplazado.
Para Lossada, la postura de Cambiemos “siempre fue la de quien quiere 'embarrar la cancha’”. “A todo lo ven desde lo empresarial”, agregó y dijo que “no entienden cómo un grupo de simples trabajadores puedan expropiar y quedarse con una empresa”. “Ellos hacen lo que quieren con los trabajadores, los descartan. Pero nosotros seguimos siendo un granito que sigue molestando.”
En tanto, el radical y oficialista Luis Naidenoff intentó postergar el debate y pidió analizar con mayor tiempo el proyecto, al sostener que no está en claro "quiénes son los dueños de la empresa, quién es titular del inmueble y quién es el actual titular de la marca y de los bienes actuales".
En el mismo sentido, la cordobesa Laura Rodríguez Machado había advertido que no acompañaría el proyecto, porque "no tengo cara para volver a mi provincia y decirle a los cordobeses que se usaron 30 millones de dólares para una hotel en la Capital Federal".
Más allá de las críticas y las imposturas, la expropiación reclamada durante 14 años por los trabajadores ya es ley. “Durante todos estos años tuvimos miedo de quedarnos sin trabajo”, remarcó Lossada. “Es que de esto vivimos y solo nos interesa que las personas que van al hotel tengan un buen servicio y se sientan como en su casa”, concluyó.