Uno de los principales cambios en la gestión presupuestaria con respecto al período que se extendió desde la salida de la convertibilidad hasta 2015 es el incremento en el peso de los intereses de la deuda. Los datos de ejecución de gastos por parte del Estado muestran que, desde 2010, el pago de intereses tuvo una tendencia declinante como proporción del total de gastos presupuestados. Incluso hasta el presupuesto 2016, elaborado durante el último año de gestión del FpV (2015), advierte un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Pero la evolución de ese ratio se modificó ya con la ejecución presupuestaria (lo efectivamente pagado) en el año 2016, cuando la proporción de gastos destinados al pago de intereses alcanzó el 14,4 por ciento, más del doble de lo presupuestado para el período (6,6 por ciento). Este brusco cambio de tendencia se mantuvo en la ejecución de gastos del año corriente hasta agosto (12,3 por ciento). La partida de intereses presupuestada para 2018, de acuerdo al proyecto de ley presentado este último viernes por el Ejecutivo, se mantiene por arriba del 10 por ciento del total de los gastos, en un ratio muy similar al nivel presupuestado para 2017 por el gobierno de Cambiemos, luego sobreejecutado.
El aumento en el peso de los servicios de deuda es el reflejo del creciente endeudamiento externo, que viene a cubrir el bache de divisas generado por el elevado déficit de la balanza comercial y de la cuenta de servicios, junto a la fuga de capitales y el escaso aporte de la inversión extranjera directa. Los siguientes números resumen el escenario: desde enero de 2016 hay una fuerte toma de deuda externa neta (37.120 millones de dólares), la inversión extranjera directa está estancada (suma 4108 millones), la fuga de capitales es creciente (20.103 millones) y se profundizó el déficit de cuenta corriente cambiario (-23.197 millones).
El CEPA advierte que “la política de desendeudamiento implementada hasta 2015 permitió la reducción progresiva del peso de los intereses de deuda. La decisión política volcada en el presupuesto muestra que desde 2009 no se destinó más de 10 por ciento de los gastos a atender los intereses de la deuda, incluso llegando en 2016 (en el presupuesto realizado en 2015) a sólo el 6,6 por ciento. Sin embargo, en 2017 el presupuesto aprobado superó el 10 por ciento, cambiando la dinámica de la curva”, tendencia que para 2018 se sostiene.
El CEPA analiza el peso de los intereses de la deuda definido en las leyes de Presupuesto sancionadas en los últimos años. Más allá de la posterior ejecución, el presupuesto en sí mismo es una declaración del programa económico oficial, analiza ese centro de estudios. Los servicios de deuda tuvieron en el presupuesto sancionado en 2009 una participación del 10,5 por ciento. Entre 2010 y 2015, el ratio descendió paulatinamente desde el 9,7 por ciento hasta el 7,7 por ciento. El presupuesto 2016 (enviado al Congreso por el Gobierno anterior a fines de 2015) establecía que el 6,6 por ciento de los gastos totales se destinarían al pago de intereses de la deuda. El cambio llegó, entonces, en el presupuesto 2017, en el que el Gobierno de Cambiemos anotó que el 10,5 por ciento de los gastos se dirijan al pago de los servicios de la deuda. El proyecto de ley de presupuesto 2018 ubica ese capítulo en el 10,2 por ciento.
Los datos de ejecución presupuestaria refuerzan la tendencia descripta en el párrafo anterior. El mínimo de la serie se registra en 2013, cuando el pago de intereses representó apenas el 5,9 por ciento del gasto total, bajando casi a la mitad la porción de gastos que se dedicaba a esos fines cinco años antes (11,2 por ciento en 2008). Luego subió al 7,7 y 7,6 por ciento, respectivamente, en 2014 y 2015. En 2016, el pago a los fondos buitres elevó esa factura hasta el 14,4 por ciento del presupuesto y durante este año se ubicó en el 12,3 por ciento.
Otra variante para evaluar el aumento en la relevancia fiscal del pago de intereses es el impacto de este capítulo de los gastos en relación al déficit fiscal. En lo que va de 2017, se pagaron 1100 millones de dólares de intereses de la deuda pública por mes, que representa el 42 por ciento del déficit fiscal mensual que se registra este año, equivalente a 2600 millones de dólares mensuales. El discurso de la “austeridad fiscal” del Gobierno no involucra el tema de los intereses de la deuda.