Juan Manuel Llop lo advirtió antes del inicio de la temporada y lo repitió antes del partido ante Olimpo. Newell's tiene un plantel corto, no le sobra nada y caerá, indefectiblemente, más responsabilidad en los juveniles. Quedó claro el sábado en el Coloso, en la necesaria victoria que consiguió el equipo. Y como muestra de lo que se viene, el rojinegro rompió el molde de la mano de los pibes. Ante la ausencia de Brian Sarmiento, Joaquín Torres se consolidó en poco tiempo como el jugador más desequilibrante. Y desde el banco asomó con sorpresa Enzo Cabrera, de solo 17 años.

Llop tomó el desafío de comandar un grupo inferior al del semestre pasado y depositó plena confianza en un grupo de pibes. Valenzuela, si bien no redondea buenas actuaciones por el momento, es del agrado del entrenador. En el medio primereó Elías y luego apareció Rivero, cuando Llop eligió romper acertadamente el doble cinco. Fertoli se ganó un puesto y Torres es la esperanza en ataque. Abajo, caso Cabrera, asoma más material.

Es pronto, es verdad. Pero no hay otra alternativa. La desfachatez y desparpajo de los pibes se apoya en una base de jugadores más experimentados como Porcnijc, Bianchi, Leyes y Figueroa. Sarmiento, todavía está en deuda.