Así se lo vio al juez riojano José Camilo Quiroga Uriburu cuando leyó su renuncia al Tribunal Oral Federal N°2 que integra con el cordobés Julián Falcucci y el entrerriano Jorge Sebastián Gallino. La causa de la “violencia moral” que arguyó, fue la denuncia sobre la revelación de su pasado como interventor legal nombrado en 1978 en su provincia por el gobierno de facto, en una nota publicada en este diario por Horacio Verbitsky. “Frente a esta situación, de pretender poner en dudas mi situación, ha generado en mi ánimo una causal de violencia moral (…) Por lo que me excuso de continuar interviniendo en las presentes actuaciones”, afirmó. Luego de un cuarto intermedio y breves intervenciones en que tanto las querellas, como los fiscales, abogados defensores y demás jueces coincidieron en alabar su "imparcialidad y buen desempeño en los anteriores juicios por delitos de lesa humanidad en que ya intervino", el juez se quedó.
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