Agrupaciones políticas y organizaciones sociales marcharon esta tarde a 11 años de la desaparición de Julio López, en una movilización marcada también por las consignas que piden la aparición con vida del joven Santiago Maldonado, desaparecido hace 47 días tras un operativo de Gendarmería en Chubut.
"Estamos pidiendo por mi viejo y por Santiago Maldonado", dijo Rubén López, hijo del testigo del juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz. La marcha fue desde la Plaza Moreno, frente a la municipalidad platense, hasta los tribunales federales de esa ciudad, con la consigna Bajo la consigna "Aparición con vida de Jorge Julio López, ¿Dónde está Santiago Maldonado?".
Rubén explicó: "Estamos pidiendo por ambos, acá no hay uno más desaparecido que el otro, son dos contextos distintos, dos gobiernos diferentes, diferentes modos de actuar. Estamos en esta doble situación y estoy con la fortaleza que me dejó mi viejo y con los compañeros de lucha". Agregó que "es una paradoja" pero destacó que desde la desaparición de su padre "se empezaron a cuidar a los demás testigos" en causas contra represores.
"Nosotros siempre estuvimos contenidos hasta diciembre del 2015 por el gobierno nacional y provincial. En el caso de Santiago, sus familiares están esperando que los llamen desde el gobierno y los apoyen pero no con algo actuado, fingido, pedimos que sean sensibles y que acompañen a las familias", enfatizó López en declaraciones a la agencia Télam.
Además de la marcha en La Plata, hubo una movilización en la ciudad de Buenos Aires desde el Congreso a Plaza de Mayo, organizada el espacio Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia. En tanto, en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, la CTA junto a distintas agrupaciones políticas y sociales marcharon por el centro de la ciudad
Julio López desapareció de su domicilio en el barrio platense de Los Hornos el 18 de septiembre de 2006, cuando se esperaba que se dirigiera a la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía al comisario de la Policía bonaerense Miguel Etchecolatz por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
López, que había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979 en cinco centros clandestinos de detención, fue uno de los testigos clave en el proceso contra Etchecolatz al señalarlo con mucha claridad como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana.