En medio de la polémica por el traslado de la estatua de Juana Azurduy, que había reemplazado a la de Cristóbal Colón y que el sábado pasado fue a su vez extirpada del espacio que hay detrás de la Casa Rosada, un proyecto artístico invita a pensar qué pondría la sociedad si pudiera votar el monumento que debiera estar allí. Se trata de Proyecto Monumental, una propuesta de las artistas Laura Kalauz y Sofía Medici que resultó ganadora de una plataforma de programas del Ministerio de Cultura de la Nación y que propone reflexionar, por un lado, sobre cómo los monumentos representan la historia y la identidad y, por otro, si es posible una “nueva monumentalidad”. Bajo el lema “recordar es polemizar”, las artistas invitan a los ciudadanos a mandar una propuesta que competirá con otras en un concurso público elegido por un jurado conformado para la ocasión. La idea ganadora será plasmada en un proyecto de ley que será enviado a la Legislatura porteña para su aprobación, lo que conllevaría el consecuente emplazamiento del nuevo monumento en un espacio a determinar.
Cuentan las responsables del proyecto a PáginaI12 que cuando comenzaron a hacerse preguntas sobre la monumentalidad, la representación y cómo la colocación de una estatua puede significar un hecho político concreto, recién comenzaba la polémica en torno al desplazamiento de Colón y su reemplazo por Azurduy, regalo que hizo a la Argentina el Estado Plurinacional de Bolivia. No sabían, todavía, que Juana efectivamente tomaría el lugar del descubridor europeo de América ni que, meses más tarde, la Legislatura Porteña conseguiría los votos para sacarla a ella también de aquel espacio en el marco de la construcción del llamado Paseo del Bajo. Lo que les interesaba a las artistas era cómo y con qué coronarían los ciudadanos al que llaman “eje cívico de la Ciudad”: aquella línea imaginaria que empieza en el Congreso Nacional, atraviesa la Plaza de Mayo y culmina detrás de la Rosada, donde estuvieron Azurduy y Colón. Por eso dicen que “todo lo que pasó alimentó al proyecto”, que fue “creciendo conforme a los acontecimientos” y “retroalimentándose de la realidad”.
“Nosotras ya veníamos trabajando juntas en la investigación sobre los discursos que se utilizan para crear realidades históricas, identitarias y nacionales y lo que empezó a pasar con Colón nos despertó un interés particular por los monumentos. Nos entusiasmó ver cómo una estatua que había estado muda por cien años de repente empezaba a hablar, en diálogo con un montón de gente que empezaba a expresarse y a opinar sobre su lugar”, cuenta Medici, directora, performer y productora de artes escénicas. “De repente entraron en juego distintos actores, como si fueran parte de una comedia. Estaban el escultor de Juana (Andrés Zerneri), las colectividades italianas que habían donado a Colón, el gobierno de Bolivia, el argentino, y la gente. Toda esa gente protagonizando una apasionante discusión”, apunta Kalauz, también destacada del mundo de la performance.
En las bases del concurso que propone Monumental –que está abierto hasta el lunes próximo–, las artistas dejan en claro que el monumento propuesto no tiene porqué ser “tradicional”. “Les sugerimos a los participantes que sean creativos y piensen otras formas de monumentalidad. No queremos llegar a la negación del bronce como monumento, pero sí tener en cuenta que hay otras formas de construir historia e identidad. Una proyección 3D también podría ser un monumento en tanto represente identidad. Sin ir más lejos, ¿la marcha que todos los jueves hacen la Madres, no es algo monumental?”, desliza Kalauz, que recuerda un episodio que se dio en Alemania cuando la sociedad discutía cuál debía ser el monumento a las víctimas del Holocausto. “Un artista propuso tirar la Puerta de Brandenburgo como símbolo de algo que ya no debía representar a Alemania. Eso también puede ser monumentalidad”.
Claro que pese a ser auspiciado por un ministerio nacional, el proyecto ganador deberá sortear condiciones legales y ejecutivas para hacerse realidad. Por eso, luego de que el jurado de urbanistas, artistas, arquitectos, sociólogos, antropólogos, etc., determine a la obra ganadora, y que su propulsor se lleve un premio de 10 mil pesos, las artistas deberán hacer el “lobby” suficiente para que un legislador recoja el proyecto de ley y que este se apruebe entre los legisladores de la Ciudad. Para eso fundaron la Oficina de Monumentos Consensuados (OMC), un organismo que se dedicará a recaudar las firmas necesarias y gestionar las asociaciones pertinentes para el proyecto de ley. También deberá determinarse en qué espacio del nuevo Paseo del Bajo cabría el monumento, puesto que, para sacar a Juana, el bloque del Pro aseguró que en esa zona no habría más lugar. “Tenemos que ver qué espacio quedará más o menos libre dentro del nuevo parque para que siga siendo parte del eje cívico de la Ciudad”, dicen las creadoras.
Pero antes de eso habrá un paso más: el 9 y 10 de diciembre se llevará a cabo un debate público donde se expondrán las diez propuestas preseleccionadas. En juego con los foros públicos que organiza el gobierno de la Ciudad (por lo general bastante restringidos y sin posibilidad real de participación ciudadana), las artistas planean un debate en el Centro Cultural San Martín que será moderado por el cineasta Mariano Llinás y tras el cual se definirá al ganador. “Es la instancia que más nos interesa, la de la participación real. Sentimos que no hay espacios genuinos de discusión y que con esta estamos presentando un nuevo formato de acción para la sociedad”, aseguran las coordinadoras.
* Se puede participar del Proyecto Monumental hasta el lunes 25 de septiembre. Las propuestas deben enviarse a través de www.proyectomonumental.org