A más de 16 años de la violación seguida de muerte de la adolescente Natalia Melmann, un cuarto policía involucrado en el hecho, Ricardo Eugenio Panadero, de 57 años, se presume que el año próximo irá a juicio oral por el delito de “homicidio calificado, abuso sexual calificado y privación ilegal de la libertad calificada”. Por los mismos cargos otros tres policías –cuyos abogados defensores pidieron este año la excarcelación– fueron condenados a prisión perpetua en 2002, mientras que Panadero fue sobreseído, aunque con posterioridad la Suprema Corte de Justicia bonaerense dejó sin efecto esa resolución exculpatoria. Desde entonces se viene desarrollando un largo camino de acusaciones y pedido de absolución definitiva, hasta que el 4 de septiembre, luego de una audiencia oral, las partes expusieron sus posturas y la causa fue elevada a juicio por pedido de la fiscal Ana María Caro, quien sostuvo ante la jueza Rosa Frendes que “se cuenta con elementos suficientes para ejercer la acción penal” contra Panadero. Federico Paruolo, abogado de la familia Melmann, en diálogo con PáginaI12, estimó que la audiencia oral se realizará recién en 2018.
Paruolo precisó que el análisis de ADN realizado sobre un vello púbico encontrado en el cuerpo de la víctima determinó que hay “un 98 por ciento de certeza” con los datos genéticos del imputado. Panadero, quien está en libertad, recién este año fue exonerado por la Policía Bonaerense. El acusado es yerno de Oscar Echenique, quien fue condenado en 2002 junto con los también policías Ricardo Suárez y Ricardo Anselmini. El abogado querellante sostuvo, además, que existe la sospecha de que habría un quinto involucrado cuya identidad todavía no ha sido determinada.
En la acusación, la fiscal Caro sostuvo que “alrededor de las 6 de la mañana del día 4 de febrero de 2001, la menor Natalia Mariel Melmann fue introducida, por la fuerza y contra su voluntad, al interior de una camioneta de la policía” bonaerense. Consideró probado que en el vehículo iban “al menos cuatro sujetos del sexo masculino”. Ellos eran los tres condenados en 2002 y “el cuarto sujeto contra quien se sigue la presente imputación y luego fuera identificado como Ricardo Panadero”.
La adolescente fue “trasladada, también en contra de su voluntad, hasta una casa situada en calle Montevideo sin número, entre Las Heras y Melo, del barrio Copacabana”, en Miramar, partido de General Alvarado. El abogado querellante dijo que “está probado que los tres condenados y Panadero, siempre estaban juntos compartiendo la noche en Miramar, tal como lo señalaron los testigos que han declarado largamente en la causa y cuya veracidad ya fue acreditada”. Según Paruolo, la prueba reunida a lo largo de 16 años “confirma la materialidad del hecho y la participación de Panadero en lo ocurrido”.
Panadero, a pesar de una serie de anuncios en ese sentido, finalmente no prestó declaración ante la fiscal Caro. Patricia Perelló, la abogada de Panadero, había asegurado que su representado iba “a declarar y contar todo lo que sabe y su declaración va a permitir que se produzca nueva prueba para demostrar que los policías (condenados) son inocentes”. Perelló aseguró que las condenas se resolvieron a partir de “las falsedades del caso Melmann que fueron dadas por ciertas por la Justicia”.
Panadero quedó bajo sospecha luego de que los forenses que realizaron la autopsia de Natalia Melmann hallaron un vello público en la región inguinal cuyos datos genéticos coincidían con los del imputado. Sin embargo, en el primer juicio, otras pericias señalaron lo contrario y el policía fue absuelto; ese fallo fue confirmado por la Cámara de Casación, pero luego fue dejado sin efecto por la Suprema Corte bonarense.
Natalia Melmann, de 15 años,desapareció el 4 de febrero de 2001, día en el que fue asesinada, y su cuerpo fue encontrado cuatro días después por su padre, Gustavo Melmann, bajo una pila de hojas en el bosque Ameghino, de Miramar. El cuerpo estaba boca arriba y presentaba moretones en los muslos, la mano izquierda estaba quemada por cigarrillos, el tabique nasal fracturado y “un golpe en el cráneo tan violento que hasta había arrancado cuero cabelludo en la zona del impacto”, recordó la fiscal Caro en la acusación contra Panadero.
Mientras se produjo el avance contra el cuarto imputado en la causa, los defensores de los tres policías condenados vienen insistiendo en alegar su supuesta inocencia y en su pedido de excarcelación.
En la audiencia de revisión que se realizó en marzo de este año, el fiscal general de Casación, Carlos Altuve, sostuvo que “ninguna de las testimoniales aportadas se ha presentado como nueva prueba”, que pueda modificar el fallo de 2002. Desde entonces se espera la decisión que tomará, en definitiva, la Sala II de la Cámara de Casación Penal bonaerense frente al pedido de la defensa de que se deje en libertad a los policías Echenique, Suárez y Anselmini. El fiscal Altuve expresó en su dictamen que “no se ha logrado aportar elementos que permitan desacreditar las conclusiones de la sentencia de origen o apartarse de su contenido”. Por esa razón, calificó de “inconsistente el planteo de los defensores”.
Gustavo Melmann, padre de la víctima, declaró que “como no se aportó nada nuevo, los camaristas deben rechazar cualquier posibilidad de dejar en libertad a los asesinos de mi hija”.