Los estudiantes del colegio secundario 17 Primera Junta decidieron tomar el establecimiento el jueves, luego de tres semanas de debate sobre la reforma Secundaria del Futuro, varios pedidos de reunión con representantes del Ministerio de Educación de la Ciudad y respuestas imprecisas por parte de la directora de escuelas medias. Los colegios tomados en repudio a la reforma llegaban ayer a 29. Desde la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), que nuclea a los Centros de Estudiantes de las escuelas porteñas, los alumnos anunciaron que mañana habrá una concentración frente al Congreso Nacional a las 14; el jueves a las 19 se realizará una conferencia de prensa en el colegio Nicolás Avellaneda y el viernes habrá una nueva marcha hacia la sede del Ministerio de Educación. “Para nosotros no es cómodo tomar el colegio; dormimos mal, vemos poco a nuestras familias y no tenemos clase. La situación es muy estresante. Pero depende de que la ministra Soledad Acuña se decida a armar una reunión con toda la comunidad educativa para que levantemos las tomas”, advirtió en diálogo con PáginaI12 Anahí, alumna del Primera Junta. Una versión que circulaba en diferentes tomas decía que mañana los estudiantes tendrían una reunión con Acuña, mediada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
La reja gris del edificio en el que funciona el 17, en avenida Rivadavia 5161, estaba adornado con cartulinas de varios colores: “No a la reforma antieducativa”; “Somos estudiantes, no esclavos”; “Implementación de la Ley de Educación Sexual Integral ya!”; “Nosotros somos el Colegio Primera Junta y queremos saber ¿dónde está Santiago Maldonado?”. El reclamo silencioso atraía transeúntes que se detenían a leer los carteles. Puertas adentro los estudiantes mantenían la toma, particularmente discretos porque en el turno tarde funciona otra escuela en el edificio.
Aunque la toma empezó el jueves, los estudiantes del Primera Junta empezaron a organizarse para reclamar por la reforma educativa desde que les llegó el power point que informaba sobre la medida, dos semanas atrás. “El primer paso nuestro como Centro de Estudiantes fue buscar toda la información posible para saber cómo era la reforma y cómo se iba a implementar”, contó Leila, otra alumna. “Después convocamos a todos los delegados y delegadas de los cursos con el objetivo de informarles a todos sobre Secundaria del Futuro. El paso siguiente fue pasar por los cursos para contarles a todos los chicos lo que habíamos hablado en la reunión, en qué consistía reforma”, agregó. Recién entonces, y al ver que no aparecía nueva información por parte del Ministerio, decidieron organizar una asamblea para el miércoles pasado. Leila aseguró que en la asamblea, “hablamos sobre las novedades de la reforma y presentamos las posibles medidas de fuerza. Finalmente el jueves se presentaron las distintas opciones y ganó por una enorme mayoría hacer la toma”.
La única reunión que lograron conseguir los estudiantes con representantes del Ministerio ocurrió el miércoles, después de la primer asamblea. “Hablamos con la directora de escuelas medias, de apellido González. La única información oficial que teníamos era el power point. Nos dijo que ese documento no debía haber llegado a las escuelas, que se filtró”, recordó Leila. Luna, otra alumna, contó que cuando le pidieron que les explicara la reforma, “nos dijo que no había nada seguro, que no sabían cómo se iba a implementar, que no sabían cómo iban a hacerse las pasantías, ni las materias que se iban a dividir. Si no saben lo que van a aplicar dentro de un par de meses, ¿cómo puede ser que ya lo den por hecho?”. Las estudiantes aseguraron que terminada la reunión sabían lo mismo que antes, de modo que no había motivo para no avanzar con la toma. El mismo jueves que la pusieron en marcha, el director del colegio recibió el mail de la casilla oficial con el instructivo para las tomas, pero, según indicaron las estudiantes, “se negó a implementarlo”.
Más allá del reclamo central en contra de la reforma, las alumnas explicaron que hay otras demandas urgentes para el Ministerio: la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral; la necesidad de reformas edilicias y el pedido de que se declare la emergencia de género en las escuelas. “Tiene que haber personal preparado para recibir a las víctimas de violencia de género, talleres de concientización; no es normal que un día tengamos clase con una compañera y que al otro día no esté mas. No podemos naturalizar eso en las escuelas”, dijo Anahí.
“Nuestra escuela no cumple con las condiciones básicas para tener clases normales hoy en día, es absolutamente inviable la implementación de las reformas que plantea Secundaria del Futuro. Hace un año estuvimos reclamando bancos y sillas; nos mandan 150 viandas diarias cuando somos casi 600 alumnos”, afirmó Luna. “No podemos cubrir las condiciones básicas y nos dicen que van a traer pantallas táctiles”, agregó luego.
Informe: Juan Funes.