El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, destacó ayer que su país es la mejor muestra de que existe “esperanza de que se pueden terminar los conflictos” de otras regiones del mundo, al hablar ante la Asamblea General de la ONU, donde se pronunció además por una tarea multilateral para el combate al narcotráfico y destacó la necesidad de “no criminalizar a los adictos”.

“Si en Colombia pudimos terminar un conflicto armado que nos dejó cientos de miles de muertos y millones de víctimas y desplazados, hay esperanza para los conflictos que aún subsisten en el planeta”, remarcó Santos, al resaltar el acuerdo de paz de su gobierno con las FARC, tras más de 50 años de violencia entre el Ejército y la principal guerrilla.

Puso de relieve el presidente que en su octavo y último mensaje ante la Asamblea era la primera vez que “las noticias no tienen que ver con la muerte sino con la vida”. Santos celebró en su discurso el progreso del pacto con la guerrilla, que “no fue fácil”, ya que “implica un proceso complejo de diálogos y conclusiones”. “Pero lo logramos porque tuvimos voluntad y porque fuimos conscientes de una premisa fundamental: la paz es la condición necesaria para el progreso y la felicidad de cualquier sociedad”, aseveró el mandatario, que insistió en que “si lo estamos logrando en Colombia, se puede lograr en el mundo entero”.

Santos, Premio Nobel de la Paz, además agradeció el papel de la ONU “en nombre de 50 millones de colombianos” por haber ayudado a Colombia a alcanzar la paz y haber cumplido así la misión para la que fue creada.

Una misión especial creada por el Consejo de Seguridad verificó el cumplimiento del alto el fuego y la entrega de armas del grupo ex guerrillero, que acaba de crear un partido político legal con el que irá a las elecciones del año próximo. 

La ONU también creará una segunda misión que se encargará de acompañar el proceso de desmovilización de las FARC y una tercera que verificará el cumplimiento de un alto el fuego bilateral y temporal (del 1 de octubre al 12 de enero de 2018) entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el único grupo guerrillero que subsiste en Colombia. 

Santos, mostrando sintonía con su par norteamericano Trump, se mostró preocupado “sobremanera” por la situación que se vive en Venezuela, por “la destrucción paulatina de su democracia”, así como “la persecución a la oposición y la violación sistemática de los derechos de los venezolanos”.

Santos señaló que Venezuela necesita apoyo por parte de la ONU y de toda la comunidad internacional “en la búsqueda de una solución pacífica que les regrese al cauce del progreso, la democracia y la libertad”.

Condenó además los atentados terroristas cometidos en los últimos meses en varios países por “fanáticos e intolerantes” y dijo que su país también puede ser un ejemplo por la forma en que enfrentó el terrorismo. 

“Al terrorismo hay que combatirlo con toda la contundencia: con poder militar y policial, con inteligencia y cooperación internacional. Se puede superar la guerra. Los antiguos enemigos pueden hablar y trabajar juntos por una causa superior”, dijo. 

Cuestionó el lanzamiento de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y advirtió que “constituyen una amenaza a la paz y a la seguridad mundial”. 

Para el final de su intervención, Santos dejó el combate contra las drogas e insistió en su idea de que deben buscarse alternativas porque la estrategia usada en las últimas décadas no sirvió.

“Es necesario llegar a consensos en asuntos centrales como el de no criminalizar a los adictos, y entender el consumo de drogas como un asunto de salud pública y no de política criminal”, expresó, y reclamó “un serio y riguroso seguimiento de las experiencias regulatorias que se han puesto en marcha en diversas latitudes, para aprender de sus éxitos y también de sus dificultades”.