Ingresar a la estación El Palomar del ferrocarril San Martín se ha vuelto una misión imposible. La empresa alambró hace dos meses el único acceso peatonal que quedaba habilitado para entrar al andén por donde pasan los trenes que van a Retiro. Desde entonces, quienes necesitan viajar deben subir por una larga escalera a un puente que pasa por encima de las vías y luego bajar al andén. Frente a las quejas de los vecinos, desde la compañía responden que las personas con “movilidad reducida” pueden tomar los ascensores para subir al puente, pero lo sorprendente es que el puente tiene tres accesos y en sólo dos hay ascensores. Por lo tanto, si una persona discapacitada llega con el tren y toma el ascensor para subir al puente, cuando quiere bajar del lado de Ciudad Jardín se encuentra con que no hay ascensor. Las únicas opciones que le quedan son dirigirse a la otra punta del puente y bajar por el ascensor del lado del partido de Morón o probar suerte intentando descender por la escalera. Esta situación cotidiana, pasa a tener todos los componentes propios del realismo mágico cuando los pasajeros deciden tomar el ascensor, ya que el personal de seguridad ejerce un insólito derecho de admisión y no todos son autorizados a subir.

–¿Qué necesita? –la persona que acaba de llamar al ascensor para acceder al puente se sorprende cuando una voz la interroga desde un portero eléctrico ubicado junto a la puerta del elevador.

–Tomar el ascensor –responde el pasajero con bastante sentido común.

–El ascensor está reservado sólo para personas con movilidad reducida. Va a tener que subir por la escalera –le informan por el portero.

Varios vecinos contaron a este diario que incluso ha habido casos en los cuales el personal de seguridad dejó subir al ascensor a una persona mayor, pero obligó a su acompañante a subir por la escalera, como si el ascensor ahorrara energía por llevar a una persona en lugar de dos. PáginaI12 consultó a la gerencia de Comunicaciones Externas y Relaciones Institucionales de la estatal Trenes Argentinos Operaciones, sociedad conducida por Marcelo Orfila, sobre el uso discrecional del ascensor y justificaron por escrito el procedimiento. “Revisamos este tema con el personal de la línea y desde la gerencia nos indicaron que su uso está reservado a personas con movilidad reducida. Todos los elevadores poseen la señalética correspondiente. Su uso está regulado por el área de seguridad con la intención de cuidarlo y mantenerlo en condiciones, por esa razón el personal de seguridad es el encargado de habilitar el acceso a través del timbre. Ellos están continuamente monitoreando las cámaras que se ubican frente a cada elevador”, respondieron.

Este diario le formuló a la gerencia de Comunicaciones una serie de preguntas adicionales para intentar saber cuál es exactamente el criterio que utiliza el personal de seguridad para abrirle el ascensor a un pasajero cuando lo ve a través de las cámaras:

–Si una persona tiene una lesión en una rodilla y le recomiendan no hacer esfuerzo subiendo escaleras, ¿tiene que llevar un certificado médico para subir al ascensor?

–Efectivamente, tendría que llevar un certificado –respondieron desde la empresa, aunque no está claro cómo se operativizaría esa situación.

–Si alguien no tiene movilidad reducida, pero lleva un bolso pesado, ¿puede subir al ascensor de la estación?

–En ese caso depende del personal de seguridad. No le puedo asegurar que todas las personas que lleven bolsos van a poder usar el ascensor.

Las madres con bebes pueden usar el ascensor, pero no está claro si tienen la misma suerte cuando los niños ya caminan por su cuenta. Tampoco hay precisiones sobre a partir de qué edad los vecinos son considerados ancianos como para poder subir al ascensor. Lo único que precisó la empresa es que el uso restringido es para evitar actos vandálicos.

Los vecinos reclaman que se vuelva a habilitar uno de los accesos peatonales que fueron alambrados y niegan que los ascensores sean una alternativa, no sólo porque su uso es discrecional sino porque además no hay ascensor del lado de Ciudad Jardín, partido de Tres de Febrero. “Presentamos varias quejas ante la empresa. En la boletería me dijeron que ya se habían completado tres libros de reclamos por esta situación, pero hasta el momento no obtuvimos ninguna respuesta. Lo lógico sería que se vuelva a habilitar el paso peatonal”, señaló a PáginaI12,  Victorio Taccetti, ex vicecanciller de Jorge Taiana y vecino de Ciudad Jardín.

En respuesta a las protestas, la empresa prometió que volvería a habilitar un acceso peatonal al andén e incluso montaron el esqueleto de lo que sería una futura rampa pero la obra quedó inconclusa. “No te dan bola...la rampa quedó abandonada. Es terrible subir el puente, yo estoy embarazada y me cuesta un montón”, señaló Andrea Cervenki en el grupo de Facebook “Ciudad Jardín Lomas del Palomar” donde los vecinos también expresan su malestar. Incluso se hicieron reclamos ante el municipio para que interceda ante la empresa, pero el intendente del PRO, Diego Valenzuela, todavía no respondió. “Presenté una queja en la boletería de la estación el 7 de noviembre. Después le escribí un mensaje al intendente Valenzuela por Facebook, pero no me respondió. Entonces, fui a la municipalidad y realicé una queja por escrito en la oficina de reclamos, pero por ahora no tuve respuesta”, aseguró a este diario Silvia Ellauri Obligado de Montiel. “Como los funcionarios andan en auto y con custodia no les importa en absoluto esta problemática que es grave. No respetan a las personas mayores que no pueden subir las escaleras, las madres con los coches de bebé, las personas que van a trabajar y utilizan la bicicleta para ahorrar el gasto de un transporte. La gente se cansó y rompió el alambrado pero lo volvieron a poner. Son indiferentes a las necesidades de la gente”, agregó Mirta Quiroga, vecina de Ciudad Jardín.

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