Varias situaciones de despidos se conocieron en los últimos días, a pesar del nuevo acuerdo firmado entre el Gobierno, la CGT y los empresarios. En San Luis, cerró la empresa Herzo S.A, que producía para la empresa de ropa deportiva Puma. Sus 200 empleados quedaron sin trabajo. El apoderado de la firma, Marcelo Iglesias, informó que “se ha discontinuado la operación de la compañía y se ha cerrado su planta de producción. Esta es una decisión difícil, luego de más de 30 años de trayectoria en el mercado del calzado y de accesorios deportivos. La decisión obedece a la situación del mercado argentino”.
En el barrio porteño de Villa del Parque, los 38 operarios de la empresa textil Tejedurías Naiberger tomaron la planta ante la comunicación de la empresa de que serían despedidos por la merma de las ventas. En el sector de la alimentación, Mario Miroglio, directivo del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), confirmó que el empresa Nevares, de la Compañía Americana de Alimentos, echó a 20 empleados por cada turno de la fábrica ubicada en Carlos Keen. Son 60 empleados despedidos de un total de 100 trabajadores. Por último, en Río Grande, Tierra del Fuego, la empresa IFSA, que produce para BGH, despediría a 162 empleados y cerraría a fin de año, ante la decisión del Gobierno de reducir a cero los aranceles de importación de computadoras y notebooks. Si bien la empresa lo desmiente, la seccional de la UOM de Río Grande asegura que “la decisión de cerrar está tomada, según lo comunicado al personal jerárquico”.