“Hubert de Givenchy es mucho más que un diseñador de modas, él crea personalidades y con sus ropas yo me siento muy a gusto”, afirmó Audrey Hepburn para fundamentar la relación de más de cuarenta años en que se encomendó al oficio del modisto francés para que la vistiera tanto para el cine como para su vida cotidiana. De ahí que la exposición “Hubert de Givenchy: para Audrey, con amor” que retoma el título de un libro de bocetos editado en 2014 se inauguró a fines de noviembre en el  Gemeentemuseum de la Haya. Reúne cien piezas que además de documentar la labor de moda del diseñador francés, reflejan la complicidad que mantuvo con la actriz. Luego de que la vestuarista Edith Head ganase un Oscar al mejor vestuario por el film Sabrina y nunca mencionara los trajes de Givenchy para la ocasión, Audrey exigió en los contratos que su crédito de creador de sus atuendos fuese muy destacado y apareciera separado de los correspondientes a las vestuaristas oficiales de cada estudio.

Una pasarela de los estilos Givenchy para Audrey que exhibe el palacio holandés de estética art decó admite tanto el vestido negro de cóctel con guantes al tono para el film de Blake Edwards Breakfast at Tiffany’s (1961), hace lugar a los vestidos de noche strapless blanco con bordados negros de la protagonista de Sabrina (1954). Al vestido negro con antifaz de How to steal a million dollars se sumaron atuendos pop y futuristas, el film tuvo un  presupuesto asignado de 30.000 dólares –algo insólito para la época– y desde el tráiler se promocionó que llevaba diseños de Givenchy. El desfile de Givenchy implícito en el film admitió un traje de novias que fue copiado por las principales tiendas norteamericanas.  

La expo hace lugar a los trajes minimalistas y los sombreros con moño alto para Audrey en su rol de Reggie Lampert que en el film Charade. La biografía de Hepburn escrita por el experto Donald  Spoto destaca la siguiente afirmación de Givenchy: “Audrey  siempre sabía qué quería usar, nunca llegaba tarde y a diferencia de sus colegas no se comportaba como una  estrella malcriada. Sabía muy bien cómo modelar su imagen de mujer independiente, siempre se llevaba la ropa que yo le preparaba y le agregaba un detalle personal”.  

Hubert James Marcel Taffin de Givenchy creció en Beauvaise en el contexto de una familia vinculada con los tapices, el coleccionismo de arte y objetos  cuando se trasladó a París y desafió el mandato familiar de estudiar leyes para, en cambio, alistarse en la escuela de Bellas Artes con el propósito de convertirse en modisto. Fue asistente en las casas de modas de Robert Piguet, Lucien Lelong y Elsa Schiaparelli. En 1952 abrió su casa de modas en el número 8 de la calle Alfred de Vigny de París y con apenas 25 años, lo que lo convirtió en el más joven de los diseñadores de alta costura. Como principal influencia destacó una y otra vez la labor de Cristóbal  Balenciaga. En 1954 un industrial de la moda le propuso crear la primera colección de “alta costura” de prêt-à-porter para mujeres, llamada “Givenchy Université”. Toda la colección se fabricó en París con máquinas de coser industriales importadas de Estados Unidos. En 1957 creó el perfume L’Interdit, en honor a Audrey,  ella lo usó durante un año aún cuando no había sido lanzado al mercado y fue la cara de su campaña. Givenchy legó a la historia de la moda tanto el vestido saco como la blusa Bettina y el abordaje a la alta costura con máximas de la moda lista para usar en clave preciosista.  En 1973 lanzó su primera colección masculina y en 1988 vendió la maison al grupo LVMH. Cuando el grupo en cuestión decidió que debía retirarse, él lo hizo saludando en la pasarela junto con todas sus costureras y le cedió el trono del diseño primero al extravagante John Galliano y luego a Alexander Mc Queen, quien llegó a diseñar trajes denominados “Audrey buena”, “Audrey mala”. El actual creador de la firma es el italiano Ricardo Tiscci, quien suele vestir a Madonna en clave S&M punk. Unos días antes de la inauguración de la muestra, el diseñador de 89 años recurrió una vez más a narrar el primer encuentro con la actriz. Destacó que en 1953 le arreglaron una cita con Miss Hepburn por Sabrina, que dedujo que se trataba de Katherine, pero para su sorpresa vio en su atelier a una joven actriz con apariencia frágil, muy delgada, con ojos gigantes y que iba vestida con un pantalón en tela vichy, una camisa y un sombrero de paja que decía “Venecia”. Sorprendido ante el atuendo y la apariencia, luego de hacerle probar un saco gris y un vestido de noche de anteriores colecciones que Audrey usó en el film, decidió que en sus próximos films la vestiría a medida.  

Retirado del diseño, Givenchy parece haberse consagrado a preservar y difundir el acervo de la moda del siglo veinte: participó de una retrospectiva que el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid exhibió entre  2014 y 2015 y fue uno de los  principales propulsores del museo Balenciaga situado en Guetaria.