Lanús derrotó anoche en La Fortaleza por 2-0 a San Lorenzo y forzó la definición por penales, donde el arquero Andrada le atajó los remates a Caruzzo (el segundo) y a Blandi (el quinto) para imponerse 4-3, con ejecuciones certeras de Silva, Pasquini, Braghieri y Acosta (Sand no llegó a patear el suyo), y avanzar así a las semifinales de la Copa Libertadores, donde lo esperaba River, que anoche goleó 8-0 a Wilstermann.
Lanús estaba obligado anoche en su cancha a levantar el 0-2 que abajo del partido de ida que se jugó la semana pasada en el Nuevo Gasómetro. Quizás por eso salió a jugar el partido a todo máquina, con un arranque furioso que antes del primer cuarto de hora le permitió ponerse 2-0 arriba y emparejar la serie. Sand, a los 10 minutos abrió la cuenta con un zurdazo dentro del área, y antes de que San Lorenzo terminara de digerir el golpe, Pasquini metió un cabezazo en el primer palo a espaldas de Blandi en una jugada de tiro de esquina, a los 15, para estirar la ventaja.
Mandaba el Granate y San Lorenzo estaba algo desorientado. No le salían bien las cosas al equipo de Diego Aguirre y, para colmo, en la llegada más clara de la etapa, Andrada le cometió un penal claro a Merlini pero el árbitro paraguayo Enrique Cáceres no lo cobró, y le mostró la amarilla a Cerutti por protestar. Después de esa jugada, San Lorenzo mejoró su juego, aunque siguió sufriendo atrás. Sand tuvo otra chance clara para el tercero, con un remate desde el centro del área que pegó en el travesaño y no entró. Como tampoco entró un hermoso remate de Belluschi, también expulsado por el horizontal en el momento en que San Lorenzo se había amigado con la pelota.
En el segundo tiempo, San Lorenzo, apuntalado en el rendimiento de Belluschi y alguna que otra iluminación de Merlini, se fue con todo sobre el arco de Lanús, que se cerró bien en el fondo y apostó a liquidar el trámite de contraataque. La idea era explotar la velocidad de Acosta, pero el Laucha aparecía a cuenta gotas.
Los últimos veinte minutos del partido, Lanús retomó protagonismo a través del trabajo por las bandas de Román Martínez y Pasquini, y de un buen trabajo de Marcone en la marca. Maciel, que había ingresado por Velázquez a los 73, metió un violento zurdazo desde afuera del área que encontró a Navarro bien parado para taparlo. Una similar tuvo el ingresado Botta, tras una excelente contra, con otro remate desde afuera que Navarro sacó al córner.
Dramáticos, vertiginosos, así transcurrieron los minutos finales. Un gol más, del local o del visitante, hubiera anulado la posibilidad de una definición por penales. Pero ese gol no llegó nunca y la serie terminó de definirse por esa vía.