La ciudad de Chapecó prepara para hoy un velatorio en el que se esperan más de 100 mil personas en el estadio Arena Condá para homenajear y despedir a las 51 víctimas del Chapecoense que dejó el accidente del vuelo Lamia CP-2933 en Medellín, entre futbolistas, miembros del club y periodistas de la región.
Finalizada la identificación de las víctimas en Colombia, el club brasileño esperaba durante la tarde de ayer la realización de los trámites legales para permitir la repatriación de los cuerpos y su envío a la localidad del Estado de Santa Catarina. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia confirmó que fueron identificadas las 71 víctimas y precisó que la mayoría son brasileños, además de cinco bolivianos, un venezolano y un paraguayo.
El primer cuerpo repatriado viajó ayer rumbo a Paraguay en un vuelo comercial de Avianca, mientras que los restantes serán trasladados a sus países a lo largo del día de hoy. A las 8 saldrá, en otro vuelo comercial de Avianca, la víctima venezolana hacia su país. Una hora más tarde, la fuerza aérea boliviana movilizará a cuatro cadáveres y a las cenizas de una quinta víctima. Finalmente, a partir de las 16, se iniciará la repatriación de los 64 cuerpos de Brasil en tres vuelos diferentes que partirán de la sede de la Fuerza Aérea Colombiana en Rionegro, Antioquia.
Los directivos del Chapecoense trabajaron ayer a contrarreloj para el armado del homenaje con el que recibirán a los 51 cuerpos de los futbolistas, dirigentes y periodistas del club. La organización para la llegada de las 100 mil personas que se esperan es todo un desafío para un club que usualmente no reunía más que a 8 mil espectadores en los partidos de todos los fines de semana. En apoyo acudieron voluntarios, funcionarios de Santa Catarin llegados desde Florianópolis, la capital del estado, varios equipos sanitarios, y también decenas de periodistas de todo el mundo que ocupan en la diminuta sala de prensa el lugar de los viejos cronistas que seguían al equipo y ya no volverán.
“Chapecó está parada, sufrió el primer impacto de la noticia y, cuando pasó el accidente, nadie podía creerlo, tardamos en hacerlo. Luego tuvimos que planear la logística para traer los cuerpos. Ahora viene el impacto de su llegada y la conmoción va a ser muy grande”, aseguró el vicealcalde electo de la ciudad, Élio Cella.
La planificación de los directivos prevé que una vez que los cuerpos lleguen al estadio, los familiares podrán velarlos en intimidad durante una hora, para luego abrir las puertas del Arena Condá y permitir que los ciudadanos de Chapecó se despidan de los héroes del club durante cuatro horas, antes de que finalmente se los traslade a cada uno a su ciudad de origen. De todas formas, los hinchas no podrán acceder al terreno de juego, que desde ayer fue preparado con estructuras metálicas para velar los cuerpos. Si bien no hubo confirmación oficial, se espera que el presidente brasileño, Michel Temer, podría acudir a la ceremonia.
“Trabajamos con la previsión de que los cuerpos lleguen a mediodía del viernes (hoy), pero aún no tenemos una posición definitiva de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) sobre la operación de salida de Medellín”, afirmó ayer en conferencia de prensa Andrei Copetti, asesor de comunicación del Chapecoense. “Como precaución, y para impedir que se convierta en una ceremonia interminable, solo vamos a permitir que se aproximen a los ataúdes los familiares y allegados de nuestros amigos que se fueron”, agregó.
Debido a la masiva convocatoria que se espera en la ciudad de Chapecó, de alrededor 200 mil habitantes, y al tener el estadio Arena Condá una capacidad para sólo 19 mil personas, Copetti explicó que “vamos a poner pantallas en el área externa”, ya que “trabajamos con la hipótesis de que pueden concentrarse unas 100 mil en los alrededores del estadio”.
El pasado miércoles, el estadio Atanasio Girardot de Medellín agotó su capacidad en un emotivo homenaje a las 71 víctimas del accidente aéreo. El círculo central de la cancha fue adornado con una corona de flores blanca y una cinta negra como símbolo del luto que se vive en Brasil, en Colombia y en todo el mundo del deporte. Colombianos de distintas partes del país se acercaron al estadio, y aunque en muchos casos no pudieron ingresar por estar colmado, rindieron homenaje a las víctimas desde afuera, en donde armaron altares con ramos de flores, velas encendidas y mensajes para los difuntos. “Siempre serán grandes como fueron sus sueños”, se leía en uno de los carteles afuera del estadio.
Luego del accidente, las camisetas del Chapecoense se agotaron en todo el mundo, por lo cual la marca Umbro producirá una nueva tanda para suplir las demandas. Los equipos de fútbol brasileños pidieron a la marca producir camisetas conmemorativas para usar en la última fecha de la temporada.
Chapecó siempre fue tierra de guerreros. Así era Vitorino Condá, el líder indígena que luchó para que su pueblo conservara las tierras del oeste de Santa Catarina. Su leyenda bautizó el estadio del Chapecoense, un equipo que tuvo que pelear mucho para hacerse grande, hasta que la tragedia del pasado lunes los dejó desolados. La estatua del Indio Condá que custodia la llegada al estadio Arena Condá se encuentra ahora rodeada del luto de esta ciudad sureña, que hasta su madrugada más terrible planeaba los festejos de su centenario en 2017, con el sueño de celebrarlo junto a la Copa Sudamericana.