“Es un honor para Marvel poder contar con una actriz de este calibre y estatus en la que es nuestra mayor serie hasta el momento”, se deshacía en –justificados– elogios el productor de cine y tevé Jeph Loeb al dar tremendo anuncio en la pasada edición de Comic-Con Nueva York. Para algarabía del exultante público presente, vuelto mar de aplausos al enterarse que la gran apuesta Netflix/Marvel de 2017 –léase, la serie The Defenders–, contará con la actriz SigourneyWeaver como villana de ocasión. En qué malévolo rol, todavía no se ha revelado; aunque, sin duda, la convincente dama se la ponga difícil al cuarteto que intentarán detener sus embistes durante ocho episodios: el vengador megamillonario Iron Fist (Fine Jones), el vigilante nocturno Daredevil (Charlie Cox), la marginal superheroína Jessica Jones (KrystenRitter) y el fortachón de piel indestructible Luke Cage (Mike Colter), reuniditos todos en un notable crossover para salvar a la ciudad de NY. Porque aunque a ninguno le falte serie propia (la primera temporada de Iron Fist estrena el 17 de marzo próximo), cuando Weaver está de la vereda opuesta la única que queda es juntar fuerzas… 

No por nada, el mote de fuego de la enorme señora –concienzudamente formada en sus años mozos en la Yale School of Drama de NY y, antes, en literatura inglesa en la Universidad de Stanford– es “Reina de Acción y Ciencia Ficción”. Ni princesa, ni musa, ni madona: matriarca. Y tesoro intergaláctico desde 1979, en tanto torció la historia del cine al obtener el rol estelar de la saga Alien, primeramente estipulado para un varón, convirtiéndose en inexorable prueba de que las muchachas protagónicas también pueden asegurar éxitos de taquilla. Con esa belleza desgarbada tan estilizada, el metro 83 de altura y una quijada cincelada, lideró la empresita de dar muerte al monstruo de doble dentadura ni una, ni dos, ni tres veces; en cuatro ocasiones fue heroína vital. Dirigida, en orden de entregas, por Ridley Scott, James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet. Sudando, con cada uno y como Ellen Ripley, la gota gorda; porque hasta resucitada, clonada y con sangre de su némesis debió ponerse la aventura sobre el lomo.Y habría siguiente, la quinta y ¿última?, gracias al entusiasmo del director y guionista Neill Blomkamp, que habiendo fichado a Sigourney para un papel secundario en Chappie (2015), otra incursión sci–fi, quedó flechado por la actriz y decidió desarrollar un posible film final que cierre el curso de la legendaria Ripley. Posibilidad que encantó a la actriz, requedispuesta a encarnar una vez más a la adorada heroína. Y encantó además a la productora Fox, aunque decidiera poner pausa a la propuesta, hasta vaya a saber una cuándo. 

Mientras tanto, para satisfacer la sed 

sci-fi, SW ya ha confirmado su colaboración en las sucesivas entregas cinematográficas de Avatar, de James Cameron, como lo hiciera en la primera cinta de 2009. Y, claro, en la mentada tira Marvel, donde interpretará un rol que le sienta de mil maravillas… ¿O acaso nadie recuerda cómo, guachísima e inescrupulosa, hizo temblar a la pobre Melanie Griffith en Secretaria Ejecutiva…? Ni qué decir de su versiónmaléfica en Cazafantasmas como posesa Dana Barrett, tomada ya por el semidios demoníaco Zuul.

Tan flexible la Weaver (y tan natural, sin retocarse, defendiendo el cuerpo con curvas, el rostro con marcas del tiempo) que, desde que se diera a conocer su participación en The Defenders, los aficionados al mundillo Marvel han comenzado a golpearse las cabezas, intentando develar cuál podría ser su personaje. Lanzando, desde ya, varias hipótesis: ¿Será Sigourney la Bestia, antiguo lord demoníaco del clan de ninjas mercenarios The Hand? Aunque generalmente caracterizado como un hombre, Marvel podría aplicar aquí un interesante gender-swap; después de todo, los demonios pueden manifestarse de distintos modos. Aunque la Bestia sea la opción más cantada según la vasta mayoría, no faltan –empero– quienes ponen sus fichitas al mafioso devenido cyborg Silvermane (mafiosa, de darse la predicción). O, por caso, al peligrosísimo y secretísimo grupo paramilitar IGH, especializado en mejorar las cualidades guerreras de sus soldados a través de volátiles píldorasque aumentan su fuerza en detrimento de sus capacidades intelectuales; grupo del que SW bien podría ser directora ejecutiva. 

En fin, puras especulaciones, y algunas certezas: que será una mujer quien dirigirá los primeros dos episodios de The Defenders: C.J. Clarkson, que ya había hecho lo propio con capítulos de Jessica Jones, Vynil, Orange is the New Black, entre otros. Y que Sigourney Weaver engrandecerá a sus cuatro némesis, en tanto –como es harto sabido– la grandeza de un héroe solo se mide por la calidad de sus villanos.