Del fallo de la Cámara se desprende que fue el propio juez quien selló su suerte, luego de la entrevista que brindó al diario La Nación, en la que dejó en claro que su investigación no estaba centrada en el accionar de la Gendarmería durante el 1 de agosto en la Pu Lof en Resistencia, cuando fue visto por última vez Santiago Maldonado.
El tribunal -integrado por los jueces Javier Leal de Ibarra, Aldo Suárez y Hebe Corchuelo de Huberman- señaló que la “evaluación del contenido de dichas notas y las manifestaciones del magistrado (…) evidencian que el mismo no se ha limitado a brindar datos relativos al curso de la investigación para dar con el paradero de Santiago Maldonado”. Para los camaristas, Otranto “ha ido más allá, efectuando juicios de valor que descartarían prima facie la hipótesis investigada en la causa en la que se peticiona su apartamiento, es decir la desaparición forzada de Santiago Maldonado”. En la mencionada entrevista, el juez de Esquel sostuvo que la principal hipótesis era que el joven se había ahogado en el río Chubut.
El tribunal confirmó, tal como lo denunciaron las querellas, que hubo “un adelantamiento de opinión”, lo cual generó en la familia del joven desaparecido "el comprensible temor de que el juez tiene ya una opinión formada sobre el caso”. Los jueces consideraron también que las expresiones públicas de Otranto “permiten a las partes dudar de su imparcialidad”.
Los familiares del joven desaparecido emitieron un comunicado en el que, si bien celebraron el apartamiento de Otranto, al mismo tiempo aseguraron que les "preocupa los argumentos desechados", y subrayaron que "para la Cámara no hubo 'parcialidad subjetiva' contra la comunidad mapuche como así tampoco consideró nuestras denuncias de maltrato". También reiteraron el deseo de "saber la verdad, encontrar a Santiago y a los responsables materiales e intelectuales de su desaparición".