Cuando una obra se vuelve un suceso teatral, el estreno de un nuevo trabajo de la misma dupla de autor y director se vuelve acontecimiento. Eso pasa indudablemente con Sobre Mirjana y los que la rodean, pieza que escribió Ivor Martinic y que dirige Guillermo Cacace, los mismos de la versión local de Mi hijo solo camina un poco más lento, el fenómeno teatral más interesante de los últimos años. La pieza, que puede verse en el Picadero (Pasaje Santos Discepolo 1857), es la primera que escribió el autor croata y gira en torno al personaje de Mirjana, una mujer que a partir de una visita de su madre comienza a revisar todas las circunstancias que atraviesan su vida. Es, según el propio Martinic, la más “libre, sincera y valiente” de todas las que escribió.
Como sucedió con Mi hijo..., esta pieza tiene funciones en un horario no habitual para la tradición teatral: los sábados y domingos a las 15.30. También una investigación profunda sobre la figura y el fondo del teatro, algo que viene encarando intensamente Cacace en sus trabajos y que el autor profundiza con sus textos, que por lo general carecen de unidades espacio temporales. Con un elenco integrado por María Onetto, Gabo Correa, Lide Uranga, Flor Dyszel, Mauricio Minetti, Marcela Guerty, Fernando Contigiani García y Agustina Groba, el director adelantó que su puesta pretenderá una escena “porosa y ahuecada”, con ganas de “respirar la fortaleza de lo frágil, de lo abierto”.
“Sobre Mirjana... fue el primer texto para adultos que escribí y es el que siento más mío, con todos los errores, preguntas e ingenuidades que un joven escritor pueda tener. Creo que del conflicto de la obra resulta la catarsis y la posibilidad de reconstruir las cosas, de depurar las relaciones, de portarnos mejor con los demás. No estoy seguro cuánto durará esa esperanza y si los personajes de la obra van a olvidar lo que acaban de aprender, pero es una buena forma de entender que después de todo existe la esperanza”, dice por su parte Martinic a PáginaI12.
–¿Qué significó para usted el suceso único que fue y es Mi hijo... en la Argentina?
–Estoy agradecido por todo lo que pasó. Para mí es casi irreal que mis frases hayan obtenido sus espectadores en un país tan extraño para mí. Cuando pienso en el éxito en la Argentina, entonces pienso sobre toda la gente, espacios y situaciones que me inspiraron para escribir y sobre cómo encontraron sus amigos teatrales en un país tan lejano, sin ser conscientes de ello. Tengo muchas ganas de ver qué pasa con esta nueva obra y estoy muy contento de que también sea de la mano de Guillermo (Cacace).
–Escribió esta pieza a los 23 años. ¿Cuánto hubo en ella de toda la revolución que significan esos años?
–Mucho. Es el texto que siento más propio, con todos los errores, preguntas e ingenuidades que un joven escritor pueda tener. Creo que nunca más escribiré otro texto tan libremente como lo hice con éste. Es mi texto más sincero y también el más valiente, tanto en su forma como en la manera en la que trata al espectador.
–Cacace dijo que la obra por momentos le pide un “estar” femenino como director. ¿Le sucedió eso mismo como autor?
–Trabajando en este texto sin dudas me sensibilicé sobre los asuntos femeninos y con lo que significa ser mujer. Estamos viviendo en una sociedad patriarcal en la que la posición de la mujer es bastante inestable. El personaje de Mirjana está oprimido por los problemas de la cotidianidad, pero los sobrelleva de una manera heroica. Creo que las mujeres desarrollaron más técnicas de supervivencia justamente por esa posición ingrata que ocupan en la sociedad. Por eso, como autor, me parecen más atractivas y más interesantes para ser sujeto de mi escritura.
–Si pudiera hablarle a Mirjana, ¿por qué le diría que escribió una obra sobre ella?
–Porque todas las mujeres como ella se merecen que se escriban textos sobre ellas, que se hagan obras de teatro, que se filmen películas. Y antes que nada se merecen que se les respete y se les quiera.
–Sus obras suelen carecer de unidades de tiempo o espacio. ¿Se trata de una decisión política, filosófica o estética?
–Un poco las tres. En realidad, la decisión resulta de mi investigación sobre la forma del texto dramático. Esta fue mi primera obra escrita para el público adulto y me resultaba importante resolver conmigo mismo el por qué elegí expresarme artísticamente a través de ese género, pensar qué es lo que hace al texto dramático diferente de otras formas de escritura. En ese sentido, pensé que lo distintivo es el escenario teatral como lugar donde se pronuncia el espacio del texto, de modo que para mí ese mismo espacio, el escenario, era el espacio y el tiempo mismo de la obra, y de las otras que luego escribí.