Irán afirmó ayer que reforzará sus capacidades militares y balísticas y que continuará con su política en Oriente Medio, provocando las críticas de las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza.
“Tanto si lo quieren como si no, vamos a reforzar nuestras capacidades militares, necesarias en materia de disuasión”, afirmó el presidente Hasan Rohani en un discurso retrasmitido en directo por televisión, con motivo del aniversario del inicio de la guerra Irak-Irán en 1980. “No solo vamos a desarrollar nuestros misiles sino también nuestras fuerzas aéreas, terrestres y marítimas. Para defender nuestra patria no pediremos el permiso de nadie”, agregó. Como muestra de la determinación de Irán, en el desfile pudo verse un nuevo misil, de 2.000 kilómetros de alcance y bautizado “Joramshahr”, nombre de una ciudad ocupada por el ejército iraquí al principio de la guerra, que duró ocho años y causó un millón de muertos.
Irán desarrolló un vasto programa balístico en los últimos años, que preocupa a Estados Unidos pero también a Arabia Saudita, su principal rival en la región, a algunos países europeos como Francia y a Israel, su gran enemigo.
Teherán asegura que necesita reforzar su programa balístico para estar en equilibrio con los otros países de la región, principalmente Arabia Saudita e Israel, que invierten miles de millones de dólares en comprar armas a los países occidentales, especialmente a Estados Unidos. Rohani denunció a quienes “cada día causan problemas a los pueblos de la región y se jactan de vender armas al régimen sanguinario sionista (Israel), que agrede a los pueblos de la región desde hace 70 años, como un tumor canceroso”. Teherán asegura que su programa balístico es únicamente defensivo. “Nuestra potencia militar está concebida para agredir a otros países”, reiteró Rohani.
“El misil Joramashahr puede incorporar varias cabezas convencionales para golpear varios objetivos a la vez”, dijo el general Amir Ali Hadjizadeh, comandante de la fuerza aeroespacial de los Guardianes de la Revolución. “Estará operativo en un futuro próximo”, añadió. Con todo, los responsables iraníes han matizado que sus misiles no están concebidos para portar cabezas nucleares.
En 2015 y tras varios años de negociaciones, las grandes potencias firmaron con Irán un acuerdo para limitar el programa nuclear de ese país y asegurarse de que la República islámica no se dota del arma atómica.