River continúa la búsqueda de clasificarse a la Copa Libertadores del año que viene, y anoche dio un paso más al acceder a la final de la Copa Argentina. El conjunto de Núñez superó a Gimnasia, en San Juan, y ahora intentará lograr el título en el partido decisivo ante Central, que un día antes había dejado en el camino a Belgrano. Los dirigidos por Marcelo Gallardo fueron contundentes frente al arco platense, y en las dos llegadas más profundas que construyó en el primer tiempo, sacó una ventaja que terminó siendo decisiva. De esta manera, todo se definió en cuatro minutos. Ese fue el tiempo que tardó el ganador en convertir dos goles.

Los gritos fueron en el final de esa etapa: el primero por intermedio de Driussi, que tocó la pelota con el pie derecho luego de una buena acción individual de Fernández sobre la derecha. A los 44 minutos, Gimnasia se equivocó en una salida, River le quitó la pelota a través de Martínez, quien se desprendió por la banda izquierda, lanzó el centro para Alario, y éste definió de cabeza con mucha categoría.

Gimnasia sintió el impacto y a pesar de los cambios que decidió el técnico Gustavo Alfaro, no pudo encontrar la reacción en su equipo. Para colmo, algunos jugadores comenzaron a padecer el desgaste físico, y le costaba tener precisión en el traslado de la pelota.

River aprovechó esa situación y fue llevando el desarrollo a su lugar más favorable. Mientras, desde afuera llegaba un gran respaldo de su gente, que llegó en mucha cantidad a San Juan. El estadio comenzó a teñirse de rojo y blanco desde temprano en la tribuna lateral este, en la cabecera norte, y en ese mismo sector de las plateas, marcando la supremacía de simpatizantes bajo el encapotado cielo cuyano, hacia el que volaron miles de globos lanzados por sus seguidores.

Cerca de 20 mil riverplatenses comenzaron a ingresar desde las 18, y al momento de aparecer los jugadores, miles de globos rojos y blancos cubrieron la noche sanjuanina. A su vez, los de River comenzaron a palpitar el Superclásico con Boca, a jugarse en diez días por el campeonato de Primera, con el tradicional “el que no salta, abandonó...”. Mientras que en la tribuna de enfrente, unos 1200 simpatizantes platenses, llegados en diez micros desde esa ciudad, se ubicaron en la cabecera sur, también cantando por su equipo con la ilusión de llegar a la final, como lo había hecho tres años atrás. Pero lo que mostraron en la cancha no le alcanzó.