Desde el 1º de septiembre hasta el viernes pasado, la actriz, directora teatral y dramaturga Carla Saccani pegó 55 carteles en el ascensor del edificio en el que vive. "¿Dónde está Santiago Maldonado?", dice el afiche blanco y negro, con una foto del joven. Cada día, algún vecino o vecina de su departamento, ubicado en la zona del parque Independencia, donde viven parejas jóvenes o personas solas, también jóvenes, retiran el cartel. La semana pasada, tras el despido de Roberto Navarro del canal C5N, Carla sumó otro cartel: "No a la censura". El viernes encontró que habían puesto la tira con esa inscripción sobre los ojos del joven desaparecido el 1º de agosto en Cushamen, y habían inscripto una K sobre el papel. La tenacidad de Carla hizo que por primera vez ella sacara el cartel (el número 54) y pusiera el 55º. La guerra sorda con ese vecino (un grafólogo consideró que se trataba de un hombre) incluyó una amenaza: "Si seguís parando el ascensor en el 7º, vas a necesitar un abogado", le escribieron. Carla no demora más de un minuto en cada pegatina.

¿Por qué Carla sigue con su intervención en un espacio entre público y privado como es un ascensor? "Estoy muy convencida de que si se hubiesen hecho más acciones de este estilo, sería infectar a la sociedad como una especie de hormiguero. La intención es intervenir todo lugar de tránsito para que el tema siga vigente", dice la autora y directora de Octaedro y Amarás a tu padre por sobre todas las cosas, dos obras en cartel en las que elenco, al terminar, hace la misma pregunta y exige la aparición con vida del joven.

Carla empezó el 1º de septiembre. "Cuando estaba por ir a la marcha, leo en el muro de Manuel Quaranta que él había puesto un cartel pidiendo la aparición con vida de Santiago Maldonado en su ascensor y se proponía que si se lo sacaban iba a poner dos", relató a Rosario/12. Entonces, le pareció una buena idea. Apeló a una acción mínima. "Dije me comprometo a que la voy a hacer, la voy a seguir hasta el final. Como activista, fue también protagonista de la convocatoria del Tetazo en el Monumento a la Bandera, en febrero pasado, cuando dio una entrevista en tetas en el programa De 12 a 14, que no la mostró.

La primera vez que le sacaron el cartel le llamó la atención. "Me dije 'qué obvios que son, que me sacan el cartel'. Y después empezó a ser una cuestión de ver quién la tiene más larga. Lo pongo, me lo sacan, lo pongo, me lo sacan", definió. Ante cada número redondo, Carla redefine su estrategia, siempre atenta a lo que sugieren sus contactos de la red social Facebook, que van planteando nuevas acciones. "Para el cartel 3 o 4 lo subí a Facebook, siempre con la idea de que otras personas empiecen a hacer lo mismo, para trascender la actividad de las redes sociales", consideró Carla.

Con la red social llegó la retroalimentación. "La gente en Facebook me empieza a sugerir cosas, hay muchos que no pueden entender que yo no quiera enfrentarme con la persona que me saca los carteles. Y la verdad es que no tengo interés en cruzármelo al tipo", indicó. Nunca pegó un cartel delante de alguien, pero ella cree que quien saca los carteles es un hombre porque una de sus contactos de la red social etiquetó a un grafólogo y el estudio de la letra dio ese resultado.

En este tiempo, las sugerencias de Facebook fueron agregar otro cartel, de un perro perdido y uno de ayuda a las víctimas del huracán en Texas. Inventó los datos, y los pegó en el mismo ascensor. Esos dos permanecieron. Fue a la altura del afiche número 20. "También agregaron una estampita de San Expedito". En algún momento, Carla sumó la estampita al cartel de Santiago Maldonado. Sacaron el pedido por el joven desaparecido, pero dejaron la estampita. Puso un cartel en blanco. Le respondieron, en ese papel: "Gracias, dios te bendiga". Ella pegó una carta explicando el por qué del reclamo por el joven, que era una desaparición forzada. Alguien escribió encima: Política K. Entre tantas acciones, Carla puso el cartel en el techo del ascensor, para que fuera más difícil sacarlo, pero también lo retiraron. "Me pone muy triste dejar de hacerlo, sé que tiene que tener algún cierre en algún momento, no porque yo me canse, porque la verdad, por mí, lo sigo poniendo siempre, pero no quisiera que se vuelva una cosa tan individual. Me hubiera gustado que otra gente se enganche a hacer lo mismo. Y no pasó", planteó Carla, quien de todos modos siente que de ese modo actualizado "el tema de Santiago Maldonado". Sabe que "inevitablemente se transformó en una tarea artística también. De alguna manera se transformó en una especie de intervención".