Con la comedia El inspector, publicada por primera vez en 1836, el novelista y dramaturgo ruso Nikolái Gógol (1809-1852) se transformó en un escritor conocido. Dedicado especialmente a la escritura de cuentos, en 1832 Gógol había decidido escribir una obra crítica sobre la burocracia imperial, en tono satírico, pero por temor a la censura abandonó el intento, aunque tres años más tarde retomó la idea. Se cree que fue un colega, el escritor Aleksandr Pushkin, quien le sugirió el argumento que dio forma a la historia del falso inspector. Con una crítica potente dirigida a la administración corrupta del Imperio Ruso, que décadas después sería derrocado por la revolución bolchevique en 1917, el texto motivó una polémica que obligó al autor a emigrar a Italia. En su obra literaria, escrita en una época de censura política, se destacan otros títulos como Tarás Bulba (1835); La nariz (1836); El capote (1842) y Almas muertas (1842), considerada por muchos como la primera novela rusa moderna.
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