Una reciente declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que indicó que el líder norcoreano, Kim Jong-un, no durará “mucho tiempo más”, fue considerada ayer por Corea del Norte como una declaración de guerra que le da derecho a defenderse, lo que provocó desmentidas y advertencias de Washington.
“Teniendo en cuenta que Estados Unidos ha declarado la guerra a nuestro país, tenemos todo el derecho de aplicar medidas para evitarlo”, afirmó el canciller norcoreano, Ri Yong-ho, a periodistas antes de dejar su hotel en Nueva York, donde participó de la Asamblea General de la ONU.
Esas medidas incluirán “el derecho a derribar bombarderos estratégicos estadounidenses aunque no estén dentro del espacio aéreo” de Corea del Norte, agregó el ministro.
No es la primera vez que Corea del Norte habla de una declaración de guerra de Estados Unidos. En julio de 2016, el gobierno de Kim dijo que una tanda de sanciones impuesta al líder del país comunista equivalían a una “declaración de guerra”. Ri se refería a un tuit del sábado de Trump sobre el discurso del canciller norcoreano ante la Asamblea General de la ONU.
“Acabo de escuchar al ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte hablar en la ONU. Si se hace eco de los pensamientos del ‘Hombrecito Cohete’, le advierto que esos pensamientos no durarán mucho tiempo más”.
En su propio discurso ante la Asamblea General de la ONU, la semana pasada, Trump ya se había referido a Kim con la expresión peyorativa de “hombre cohete”, que ahora cambió por “hombrecito”.
La Casa Blanca reaccionó a las declaraciones de Ri negando haber declarado la guerra a Corea del Norte y advirtiendo a Pyongyang que no tiene derecho a disparar contra sus aviones si se encuentran sobre aguas internacionales.
“No hemos declarado la guerra a Corea del Norte, y francamente, sugerir eso es absurdo”, dijo la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en una conferencia de prensa en la que agregó: “Nunca es apropiado que un país dispare contra las aeronaves de otro país cuando se encuentran sobre aguas internacionales”.
Asimismo, el vocero del Pentágono, coronel Robert Manning, dijo ayer que el Departamento de Defensa estaba preparado para ofrecer “opciones” militares al presidente Trump si Corea del Norte continúa con sus “acciones provocativas”.
Los comentarios de Ri a un enjambre de periodistas antes de ingresar a su auto oficial, al parecer para emprender el regreso a su país, acentúan la escalada retórica entre Kim y Trump.
“Estados Unidos tiene una gran fortaleza y paciencia, pero si es forzado a defenderse o a defender a sus aliados, no tendremos otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte”, dijo Trump ante la ONU, y agregó: “El hombre cohete está en una misión suicida para él mismo y para su régimen”.
Kim respondió con la primera declaración directa de un líder norcoreano a un presidente de Estados Unidos, dirigiendo una catarata de insultos al mandatario republicano y calificándolo de “viejo senil estadounidense mentalmente trastornado”.
Trump replicó por Twitter diciendo que Kim “es obviamente un loco al que no le importa hacer morir de hambre o asesinar a su propio pueblo”, y el líder norcoreano dijo que el estadounidense “pagará caro” por su amenaza de destruir al país y que Pyongyang considerará “las contra medidas de mayor nivel de su historia”.
Consultado sobre cuáles podrían ser esas contra medidas, Ri dijo la semana pasada que podía ser “la más poderosa detonación de una bomba H en el Pacífico”, en alusión a una bomba de hidrógeno.
“Nadie más que Trump mismo está una misión suicida. En caso de que se pierdan vidas inocentes en Estados Unidos debido a este ataque suicida, Trump será totalmente responsable”, dijo Ri el sábado en su discurso ante la Asamblea General de la ONU.
Ayer, el jefe de la diplomacia norcoreana elevó el tono a las amenazas.
Al inicio de sus declaraciones, dijo que, en los últimos días, la ONU y la comunidad internacional dejaron en claro que desean que “no se traduzca en acciones reales la guerra de palabras” entre los dos países.
“Sin embargo, el fin de semana, Trump afirmó que nuestro líder no durará mucho tiempo más... declaró la guerra a nuestro país”, dijo Ri.
La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte preocupa sobremanera a los países de la región, en especial a China, que es el principal aliado y benefactor de Pyongyang y cuya rol de país que debe garantizar la estabilidad en Extremo Oriente se ha visto puesto en entredicho por la escalada.
Ayer, reiterando otros llamados a la calma, China pidió a Corea del Norte y Estados Unidos que pongan fin a la escalada de amenazas y provocaciones y les urgió a que “dejen de echar gasolina al fuego”. “La situación sigue siendo muy compleja”, por lo que ambas partes “deben abstenerse de aumentar las tensiones con sus palabras y acciones”, señaló el vocero de la Cancillería, Lu Kang.
La confrontación escaló luego de que Corea del Norte multiplicara este año sus ensayos de misiles balísticos y probara incluso uno intercontinental que podría alcanzar territorio estadounidense. El 3 de septiembre pasado, además, realizó su sexto y más potente test nuclear, que, según dijo, consistió en la detonación subterránea de una bomba de hidrógeno. Como castigo por el ensayo nuclear, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó de manera unánime nuevas sanciones económicas contra Corea del Norte.