Desde Esquel
El jefe del Escuadrón 35, Fabián Méndez, y Emmanuel Echazú, del 36, regresaron a sus bases el 2 de agosto a las 5.30 de la mañana. Todo el operativo del día anterior, donde ocurrió la desaparición forzada de Santiago Maldonado, había finalizado cerca de las seis de la tarde. ¿Qué hicieron Méndez y Echazú en todo ese tiempo? El horario de ingreso y salida está incorporado en el expediente por desaparición forzada, en la foja 1822. ¿A dónde fueron, con quiénes hablaron, en qué vehículos estuvieron? El material peritado por la Dirección General de Inteligencia Criminal de la Policía Federal (PFA) es solo una parte de todas las comunicaciones generadas por los gendarmes. Con el primer material incorporado en el expediente, a partir de palabras clave, de Echazú se sabe poco y nada. Ahora, la PFA está realizando un cruce de llamadas entre todos los teléfonos de los gendarmes que participaron de la represión que finalizó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado, con el objetivo de saber quiénes se comunicaron entre sí y cuántas veces.
Quien aparece en escena para llenar los huecos informativos es el primer alférez Daniel Alejandro Gómez, quien depende de Méndez. A partir de una comunicación que mantuvo con dos superiores, uno de ellos Pablo Badie, queda en evidencia que Gómez fue el responsable de escribir los sumarios individuales de los uniformados que participaron del operativo, información que le sirvió al Ministerio de Seguridad para “unificar” el discurso de las fuerzas.
En el Orden de Patrulla Nº 321/2017, Gendarmería dejó por escrito que un grupo de catorce uniformados salió de Leleque el 31 de julio de 2017, con el objetivo de despejar la ruta en la zona de la Lof, y regresaron el 2 de agosto a la 5.30. Méndez, que es de El Bolsón, aparece como el comandante jefe. Echazú, que es de Esquel, formaba parte de la misma patrulla. En ningún momento hacen referencia a lo sucedido el 1º de agosto. De avanzarse con el cruce de llamadas entre los uniformados, podrá saberse con quiénes hablaron Méndez y Echazú, uno de los gendarmes que bajó al río, donde posiblemente haya sido golpeado.
El actor que aparece en escena para unificar el discurso de las fuerzas y completar los huecos informativos entre los gendarmes es Daniel Gómez. Los audios del primer alférez, entregados al expediente por la Dirección General de Inteligencia Criminal de la Policía Federal (PFA), fueron grabados tanto por él como por los superiores con quienes se comunicó. “Está totalmente armado”, sostuvo a PáginaI12 un abogado con acceso directo al expediente.
A las 19.49 del 4 de agosto, el primer alférez Daniel Gómez recibió una llamada de un comandante. Antes de que atendiera el llamado, se escucha por lo bajo una voz que dice “¿estamos?”. La conversación era grabada de ambos lados de la línea. “Hola negro”, arrancó la conversación. “Hola mi comandante”, respondió Gómez.
–Necesito que me prestes atención cinco minutos, pero a mí nada más. ¿Puede ser? Porque tengo que hacer una línea del tiempo para la Dirección Nacional y la están esperando ya. La línea de tiempo con un registro de incidente. ¿Cuándo carajo entró Esquel en participación? –preguntó el comandante.
El audio con la línea de tiempo narrada por Gómez fue entregado por la PFA en una carpeta que dice “Audios utilizados en el primer informe” del Ministerio de Seguridad. En esa misma carpeta también puede oírse la arenga de Daniel Barberis, funcionario de Seguridad, a cuatro gendarmes, entre ellos Gómez, para unificar el discurso de la fuerza de acuerdo con las intenciones del gobierno nacional. La línea de tiempo fue confeccionada para Méndez y encontrada en uno de sus teléfonos.
En esa conversación del 4 de agosto, narró los hechos como luego los dio a conocer el Ministerio de Seguridad, aunque con algunos quiebres que permiten formular ciertas preguntas.
Desde las querellas insistieron a PáginaI12 que, al momento en que la Gendarmería ingresó en la Pu Lof en Resistencia, no existía ningún hecho en flagrancia que justificara el avance que hubo sobre la comunidad. De hecho, este diario informó que los uniformados buscaron todo el tiempo provocar a los integrantes de la comunidad.
En su conversación con el “comandante”, Gómez lo dejó más que claro: “Un vehículo gris ingresa a la casilla esa pedorra. Cuando sale, una patrulla lo persigue para poder identificar a las personas. El vehículo de Gendarmería cruza la casilla pedorra de los mapuches y ahí salen a cortar de vuelta”, sostuvo el primer alférez. Pero él no estaba en el lugar, ya que estaba apostado sobre la comisaría Leleque, donde fueron detenidas Soraya Maicoña y las otras personas que iban en el vehículo.
Para la Defensoría Oficial, de las distintas testimoniales se desprende que “Gómez estuvo en todos lados”. ¿Habrá sido así? ¿Por qué reconoce que le armó todos los informes a sus compañeros?
En otra comunicación realizada el 9 de agosto, Gómez recibió la llamada del comandante Pablo Badie. “Hola gomecito, decime una cosa, quién puede decir algo más de lo que pasó ahí”, preguntó el superior. “Nadie, si todos vimos lo mismo”, respondió Gómez.
El que se fue de la escena de los hechos el 1º de agosto cerca de las 11 de la mañana fue Fabián Méndez, el superior de Gómez. Los audios entregados hasta el momento por la PFA son la punta de un iceberg. Son documentos y comunicaciones filtradas por palabras claves. Por ende, no es todo lo que circuló entre los más de 70 teléfonos peritados.
Una vez que termine ese estudio, se podrá saber con qué otras personas Gómez armó la “versión oficial” y con quienes se comunicaron tanto Méndez como Echazú, dos grandes incógnitas dentro del expediente por desaparición forzada.