De pronto, se encendieron todas las alarmas. Y desde varios costados del ambiente del fútbol e inclusive desde algunas terminales periodísticas empezaron a surgir algunas críticas impensadas a la Selección Argentina tras su derrota del jueves a la noche ante Uruguay en la Bombonera. Luego del 0-2 y la clara superioridad táctica que ejerció el seleccionado que dirige Marcelo Bielsa, muchos temen ahora que el técnico Lionel Scaloni se haya enamorado demasiado de sus jugadores y no esté haciendo las pruebas necesarias o dando las oportunidades para renovar el plantel y el funcionamiento del equipo campeón del mundo de cara a la Copa América del año próximo y el Mundial tripartito de 2026. 

La primera derrota del año no fue más que eso. La resultante de una mala noche en la que nunca pudo encontrarse el punto justo para jugar el partido tal como se lo había previsto. Y en la que varias individualidades estuvieron uno o dos pasos por detrás de si mismos. Suponer que por haber perdido como local, Scaloni tiene que tirar la selección por la ventana y empezar todo de nuevo es tan erróneo como creer que aquí no ha pasado nada y que lo que pasó en la Boca fue un simple accidente futbolístico del que hay que olvidarse lo más rápidamente que sea posible.

Además, ya quedó largamente consolidada una base (Dibu Martínez, Nahuel Molina, "Cuti" Romero, Alexis Mac Allister, Enzo Fernández, Julián Alvarez, Nicolás González, Exequiel Palacios y Lisandro Martínez) que es muy posible que llegue la Copa del Mundo de 2026. Y está otro grupo como Nicolás Tagliafico. Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Gonzalo Montiel y Paulo Dybala que por edad puede estar en el Mundial pero que dependerá de como le esté yendo seis meses antes de la competencia. O sea, no tienen Scaloni y su cuerpo técnico, la necesidad de armar y desarmar el equipo haciendo pruebas porque si. Ni siquiera la probable ausencia de Lionel Messi en 2026 lo obliga al ensayo: la Selección ya dejó demostrado que sin su astro máximo, puede ganar y gustar sin perder eficacia y belleza. 

El único dato que podría llegar a ser inquietante es que los sub 20 más promisorios o mejor posicionados para el recambio como Alejandro Garnacho y Facundo Buonanotte parecen haber perdido prioridad en la mirada de Scaloni y no han participado de las últimas citaciones. Y que otros juveniles que estaban en su radar como Valentín Carboni, Alejo Véliz, Máximo Perrone y Matías Soulé también se han alejado. El nivel de la Selección ha sido tan alto este año que Scaloni no ha podido hacerles lugar. Tiene con quienes jugar.

Por eso y a pesar del mal partido contra los uruguayos, Scaloni confirmó que no va a tocar mucho el equipo ante Brasil y que más que cambios, hará retoques, ninguno demasiado fuera de contexto. Habrá que ver con qué actitud se planta la Selección en el Maracaná para saber si aquella noche negra de la Bombonera fue un hecho aislado, algo que alguna vez podía suceder, o bien el primer indicio una nueva etapa en la que, a dos años y medio del mundial, tal vez haya que volver a empezar.