"El precinto deberá ser visible y efectivo, utilizando materiales que garanticen la inviolabilidad del sellado y un cartel que advierta de la responsabilidad penal en la que se incurriría en caso de violentar el precinto", dice la orden girada a la policía regional. Así, los Mossos deberán precintar entre el viernes y el sábado los centros de votación establecidos por los independentistas y evitar que se vote en un radio de cien metros a la redonda de los lugares clausurados, para evitar que se coloquen urnas en la calle.

Mientras tanto, el gobierno catalán envió, en mano, las notificaciones para formar las mesas de votación. Se calcula que desde Barcelona se giraron a las cuatro provincias catalanas alrededor de 55 mil notificaciones. "El Govern está concentrado en el operativo del 1-O, pero no dará más detalles porque estamos en un estado de excepción, de acoso", denunció Jordi Turull, vocero del presidente Carles Puigdemont.

Cuando comenzó el proceso independentista, el gobierno catalán contrató una empresa de mensajería privada para la organización del referéndum, pero la empresa fue intervenida por la Guardia Civil, que incautó 45 mil notificaciones.

Desde Washington, en tanto, Mariano Rajoy recibió el apoyo de Donald Trump. El presidente del gobierno español fue recibido por el magnate republicano, quien advirtió que "España es un gran país y tendría que seguir unido". Ante la pregunta de un periodista sobre el referéndum, Trump aseguró: “Rajoy ha dicho que no van a votar, pero creo que la gente se opone a eso".

En otro orden, ambos mandatarios se comprometieron a trabajar en forma conjunta contra el terrorismo y dentro de la OTAN, a pesar de lo cual Rajoy anunció que, por la situación en Cataluña, no asistirá a la cumbre europea de Tallin, la capital de Estonia.