La toma de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires fue momentáneamente suspendida, como una muestra de la voluntad de diálogo de parte de los estudiantes, que se concentraron en la puerta del ministerio que encabeza Soledad Acuña, en Paseo Colón 255, donde brindaron una conferencia de prensa en la que explicaron por qué decidieron suspender las tomas, que generaron un sinfín de críticas y ataques en los medios oficialistas y en la plana mayor del gobierno de Cambiemos. Inclusive el ministro de Justicia, Germán Garavano, llegó a decir que la protesta era “ilegal”, en contraposición de la opinión de la jueza porteña, Elena Liberatori, para quien las tomas “no tienen nada ilegal”.
“Explicamos con claridad por qué nos oponemos a la reforma educativa Secundaria del Futuro y decidimos levantar la toma de escuelas”, dijo a Página/12 Martín Pont, presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires. Los jóvenes entendieron que hubo una victoria clara de la protesta, ya que lograron visibilizar una reforma que, entienden, el Gobierno pretendía imponer de manera a la fuerza.
Sin embargo, a medida que la protesta se generalizaba los propios dirigentes estudiantiles advirtieron que se hablaba más de la protesta que de la reforma y decidieron establecer un impasse. “Ahora la ministra Acuña no tiene más excusas, levantamos las tomas, así que esperamos que nos reciba para discutir la Secundaria del Futuro”, agregó Pont.
Los estudiantes movilizados leyeron un petitorio de cuatro puntos que dejaron en la Mesa de entrada del ministerio, en el que exigen la suspensión de la reforma y que se convoque a un Congreso Pedagógico con participación de alumnos, padres, docentes, directores y autoridades. "Si no nos escuchan es probable que vuelvan las tomas", advirtió el presidente del centro de estudiantes del Nacional.
“La idea es salir a la calle, volantear y empezar a discutir qué tipo de secundaria queremos. La principal crítica que le hacemos a esta reforma, sin duda, es la decisión de imponer las pasantías en empresas. Nosotros creemos que hay que hacer una reforma, pero tiene que ser seria, discutida y no a los empujones”, concluyó Pont.