Juan José Becerra inaugurará el 9° Festival Internacional del Literatura (Filba), que contará en esta edición con la participación del escritor Jean Echenoz (Francia), David James Poissant (Estados Unidos), Sjón (Islandia), Cristina Rivera Garza (México), Andréa del Fuego (Brasil), Belén Gopegui (España), Ignacio Martínez de Pisón (España) y Claire-Louise Bennett (Gran Bretaña), entre otros. La conferencia de Becerra se titula: “Se acabó la fiesta (llegaron los escritores)”. “Esta idea sale de un verso de Osvaldo Lamborghini en ‘Juana Blanco’: ‘llegaron los lectores, se acabó la fiesta’. Esa relación de fobia del escritor con el lector es una buena descripción del vínculo. Si uno escribe sin lectores cerca, mejor –advierte el autor de El espectáculo del tiempo-. La idea es que tiene que haber una hostilidad que debe ser recíproca entre el que escribe y el que lee. Nada de groupies, nada de fans, nada de idólatras: enemigos, hermanados por el pacto estructural de que una persona toma la decisión de emplear su tiempo en leer una ficción”. Becerra cuenta que hará un recorrido atípico sobre cierta zona “eclipsada” de Jorge Luis Borges. “Me refiero al Borges bestial, el Borges de Bustos Domecq, censurado por (Adolfo) Bioy Casares, que podría haber sido lo que Lamborghini llamó ‘el escritor que faltaba en la literatura Argentina’. Hay una carta que le escribe Lamborghini a (César) Aira en la que le dice que ‘lo único que me calma es saber que soy el escritor que le faltaba a la literatura Argentina’. Hay un Borges que falta, que era un Borges que estaba dispuesto hacerlo, pero al que le cerraron los grifos esa vieja terrorífica de la madre y sobre todo Bioy Casares. En el diario Bioy dice que no lo puede parar. O sea Borges está fuera de control. Ese Borges me parece que hubiera sido un gran Borges. Él cubrió casi todos los casilleros, ese también lo quiso cubrir. Era un Borges reprobable para la propia cultura que lo había consagrado. Bioy empujó a Borges al clasicismo”. Otra cuestión que aparecerá también en la conferencia de apertura del Filba tiene que ver con algo que le dijo Dominique de Roux  a Gombrowicz en 1968: “Usted es escurridizo como una anguila”. “Gombrowicz le aclaró –recuerda Becerra–: ‘No soy yo el escurridizo, sino la literatura. ¿Qué sería de la literatura si la atraparan? Se la comerían. La literatura y la anguila sólo vivirán mientras consigan escaparse’”.