El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pidió ayer a la Liga de Fútbol Americano (NFL) una “regla” para que “nadie pueda arrodillarse” mientras se ejecuta el himno nacional, en tanto crecen las voces de las estrellas del deporte norteamericano en rechazo a las declaraciones del mandatario, quien, además, instó a los dueños de los equipos a despedir a los jugadores que protesten durante la canción patria.
Trump se burló ayer de los índices de audiencia de la Liga de Fútbol Americano (NFL) a través de su cuenta en la red social Twitter y señaló que como la competición “tiene todo tipo de reglas y regulaciones”, entonces “la única salida para ellos es establecer una regla para que nadie pueda arrodillarse durante nuestro Himno Nacional”.
“Los índices de audiencia de la NFL están bajando salvo antes de los partidos, cuando la gente pone el canal para ver si nuestro país será insultado”, ironizó el mandatario.
Trump agregó con ello un nuevo capítulo a su polémica con las figuras del deporte estadounidense, una más desde que asumió la presidencia el 20 de enero último, y en las que ya confrontó con artistas, ambientalistas e inmigrantes, entre otros sectores.
En las últimas horas, figuras del básquet como los ya retirados Michael Jordan y Kobe Bryant además de Chris Paul, Gregg Popovich y el argentino Emanuel Ginóbili, y también del béisbol, se sumaron al reclamo de varios equipos de la NFL, que permanecieron en el vestuario cuando se entonaba el himno nacional, mientras otros protestaron al arrodillarse o entrelazarse los brazos durante la ceremonia, en primer lugar contra la violencia policial pero ahora también contra la postura de Trump.
El base Chris Paul, jugador de Houston Rockets, consideró que no son oportunas las críticas vertidas por el presidente contra él y la actual franquicia campeona. “Creo que no es la manera que debe comportarse un presidente de nuestra nación y estoy convencido de que los jugadores de la NBA encontraremos la manera de darle la réplica al trato que han recibido los Golden State Warriors”, dijo Paul, quien es presidente de la asociación de jugadores de la NBA.
El sábado Trump retiró la invitación a acudir a la Casa Blanca a los Warriors, tradición que se cumple con los campeones de la NBA año tras año, después de que su estrella Stephen Curry dijese que dudaba si debía ir a causa de la polémica que rodea al presidente con los jugadores de la liga de Fútbol Americano (NFL).
Por su parte, Ginóbili opinó que es “genial lo que está sucediendo” y apoyó a los deportistas en una conferencia de prensa de su equipo, San Antonio Spurs. “Lo que siempre escuché acerca de este país es que es un país libre y tienes la libertad suficiente para opinar de lo que sea, de una manera libre y en paz. Es lo que están haciendo, estoy de acuerdo. Ayuda a entender problemas más profundos que han existido en este país durante muchos años. Creo que han sido muy valientes”, dijo. En tanto, Gregg Popovich, el entrenador de la franquicia texana, fue más allá: “Nuestro país es una vergüenza mundial”.
Los jugadores de NFL se arrodillan durante la interpretación del himno nacional a modo de protesta a partir de que el mariscal de campo Colin Kaepernick, quien jugaba en 2016 en San Francisco 49ers. se negara a ponerse de pie y se mantuviera sentado en el banco a causa del asesinato de ciudadanos negros por parte de policías blancos, en la pasada temporada.
“No me voy a poner de pie para mostrar orgullo por una bandera de un país que oprime a la gente negra”, dijo Kaepernick quien a la semana siguiente no solo repitió su postura, sino que se arrodilló en el partido contra San Diego cuando sonaban los acordes del himno estadounidense. Kaepernick actualmente no juega en ningún equipo.
Trump pidió el sábado a los dueños de las franquicias de la NFL que despidieran a los jugadores que se arrodillaran durante el himno. “¿No les gustaría que alguno de estos dueños de los equipos de NFL, cuando ven que alguno de estos jugadores falta al respeto a nuestra bandera, dijera: ‘Que saquen a ese hijo de puta del terreno de juego ahora. Está despedido”, disparó.
El lunes, los Cowboys de Dallas, uno de los equipos más famosos de la NFL, introdujeron una novedad importante en la protesta al ponerse todos de rodillas, incluido su dueño, Jerry Jones, pero antes de que sonase el himno nacional y se desplegase la bandera de Estados Unidos. “Los abucheos de ayer cuando todo el equipo de Dallas se arrodilló fue de los más ruidosos que escuché nunca”, afirmó el Presidente, quien consideró como un avance que los jugadores se levantaran para escuchar el himno.
Este fin de semana, el receptor Bruce Maxwell, de los Atléticos de Oakland, se convirtió en el primero en poner una rodilla en el suelo, mientras el resto de los jugadores permanecieron formados, dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas, el otro deporte más popular en EE.UU.
Trump insiste en que esas protestas no tienen nada que ver con el racismo y acusa a los jugadores y equipos que las secundan de falta de patriotismo y de respeto por la bandera.
En tanto, el diario deportivo francés L’Equipe reveló que Trump “guarda un rencor especial” con la liga de fútbol americano, por haber intentado sin éxito –entre 1980 y 1983– crear una liga (la UFSL) para competir con la NFL.