Mientras que los asesores tutelares presentaron un amparo para que el gobierno porteño suspenda la implementación de la reforma educativa, los estudiantes de las escuelas porteñas exigieron “la suspensión de la aplicación de la Secundaria del Futuro por al menos un año” para que la comunidad educativa pueda debatirla. El amparo presentado por los asesores Gustavo Moreno y Mabel López Oliva considera que el Ministerio “violó el derecho a la información pública durante casi todo el conflicto” y “no abrió canales de participación y debate para un proyecto de esta envergadura”, según advirtió en diálogo con Páginai12 Moreno. 

Ante el ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, los estudiantes realizaron una conferencia de prensa en la que pidieron que la suspensión de la reforma durante un año sirva para que “se garanticen los espacios institucionales de debate y resolución acordes”. Además, pidieron que se realice “la convocatoria a un Congreso Pedagógico en el cual se pueda exponer una amplia gama de opiniones y llegar a la educación media que buscamos”.

“Tras un mes de tomas de colegios a las que nos vimos obligados a llegar por la falta de apertura al diálogo de la ministra Soledad Acuña, entendemos que logramos el objetivo de sensibilizar a toda la comunidad educativa y a la sociedad en general”, leyó Martín Pont Vergés, alumno del Colegio Nacional Buenos Aires, pasadas las 16, cuando los estudiantes se habían concentrado frente al edificio ubicado en avenida Paseo Colón 255 para anunciar una nueva etapa en el reclamo.

Ayer tres colegios permanecían tomados; el resto suspendió la medida de fuerza. La propuesta, explicaron, es esperar a que el Ministerio considere sus reclamos, aunque los estudiantes no descartaron la posibilidad de decidir nuevas tomas para lo que resta del año.

En el documento que leyeron, los estudiantes puntualizaron los motivos por los cuales rechazan la reforma: la relación entre escuela pública y privada, porque “al ser sólo para aplicarse en escuelas públicas es una reforma que profundiza las diferencias ya existentes con la escuelas privadas”; la relativización del rol docente, ya que “precariza a los docentes cuando establece que la cursada de 5º año sería mitad en el aula y la otra mitad de prácticas laborales”; el hecho de que la reforma sea inconsulta e improvisada, porque “se hizo pública a solo 5 meses del año en el que comenzaría a aplicarse con un documento filtrado, a pesar de hoy saber –por palabras de la ministra Soledad Acuña–, que es un proyecto que se viene trabajando hace un año y medio”; el que resulte inaplicable, ya que “plantea por un lado una estructura para las escuelas que no es acorde a las condiciones existentes y que requiere planes de obra profundos que no han comenzado”.

Informe: Juan Funes.