El día después del triunfo de su candidato, Mauricio Macri salió a hablar y lo primero que hizo fue advertir sobre "la pesada herencia" que deberá afrontar Javier Milei. El expresidente aseguró que “lo que hereda” el diputado de ultraderecha “es varias veces peor” a lo que él mismo se encontró al asumir en 2015. De paso, amenazó con reprimir la protesta social y llamó "orcos" a quienes salen a la calle para reclamar por sus derechos.
“La sucesión de lo que ha hecho el gobierno de Alberto Fernández y la aceleración hacia el abismo que le dio el superministro (Sergio) Massa en estos dieciséis meses es fatal. El nivel de cepo al dólar es cien veces más complejo", dijo el exmandatario en el canal TN, en una entrevista que concedió tras haberse reunido con Milei en el Hotel Libertador. Luego siguió en la misma línea: “Al gobierno de Milei le espera la tarea muy difícil de desarmar todo este sistema extorsivo, mafioso y atemorizante”, abundó. "Tenemos seis meses por delante durísimos, donde el presidente electo tiene que estabilizar Argentina, tiene que hacer un shock fiscal bestial", dijo. Para matizar, prometió que "en 35 años vamos a ser tan importantes como las potencias más grandes del mundo".
Macri interpretó que, ahora, la elección de Milei implica una voluntad social mayoritaria de impulsar cambios en la economía. “Tenemos que acompañar todo, con la gran diferencia de que en el 2015 yo no tuve mandato de cambio económico, tuve mandato de cambio moral", dijo. Recordó que cuando su gobierno buscó "corregir el gasto público y ajustar cosas que estaban mal, tronaba todo", mientras que "ahora hay un señor que dijo ‘yo vengo con una motosierra’ y tuvo una cantidad de votos infernales, porque la gente dijo que se acabó este sistema que nos empobrece".
Por eso, argumentó Macri, sería "imperdonable" que Juntos por el Cambio no apoye "las reformas estructurales" que Milei lleve al Congreso y advirtió que si el peronismo se manifiesta en contra de las medidas del nuevo gobierno, los jóvenes que lo apoyaron con votos "no se van a quedar en casa". Es decir, el expresidente comenzó a preparar el terreno ante la evidente debilidad que tendrá el nuevo gobierno, con escaso respaldo en el Congreso.
"Aquellos que hemos propuesto un cambio, moralmente es imperdonable que no apoyemos las reformas estructurales que él vaya a plantear, si nosotros queríamos hacer lo mismo", insistió, buscando presionar a los sectores de JxC que rechazaron su pacto con Milei. Y después apuntó contra el oficialismo saliente: "El peronismo después de esta piña no va a tener nada fácil explicarle a la ciudadanía que no colaboran en el período de leyes iniciales que va a lanzar este gobierno".
"Los gobernadores deberían acompañar claramente porque este señor dijo que venía con una motosierra y con su estilo va a llegar a un presupuesto equilibrado", vaticinó.
Al igual que hizo Milei, Macri amenazó con represión a la protesta social. "Hoy hay un mandato popular profundo", que es "liderado por jóvenes" y éstos "no se van a quedar en casa si estos señores empiezan a tirar toneladas de piedras". Y provocó: "Los orcos van a tener que medir muy bien cuando quieran hacer desmanes".
Sobre Juntos por el Cambio, Macri estimó que "no va a seguir igual" porque "entramos a una etapa nueva donde también va a haber una necesidad de clarificación ideológica". "Javier tomó el liderazgo del cambio porque nosotros fuimos destiñendo aquello que proponíamos como revolucionario para mantener la paz interna".