Con 62 votos afirmativos, 0 negativos y 0 abstenciones, el Senado dio la media sanción a la reclamada prórroga de la ley 26.160 de Emergencia Territorial, que suspende los desalojos en los territorios de los pueblos originarios que están en conflicto. En las afueras del Congreso, un acampe de representantes de cuarenta comunidades originarias se concentró para seguir el debate.
La norma había sido aprobada en noviembre de 2006 y prorrogada en 2009 y 2013. Contempla la realización de un relevamiento territorial de los lugares en donde están establecidas comunidades indígenas, que no fue completado. A once años de la sanción de la ley, sólo 459 de 1532 de las comunidades fueron relevadas, por lo que sin la prórroga, más del 65 por ciento corrían el riesgo de ser desalojadas.
Durante la vigencia de la emergencia, que ahora durará hasta noviembre de 2021, se prohíbe todo tipo de acción legal que tuviera como objetivo despojar a los pueblos originarios de las tierras en donde están instalados hasta que se complete el relevamiento.
El oficialismo, que había anticipado que respaldaría extender la Emergencia Territorial, planteó su deseo de que la nueva prórroga fuera solo por dos años y medio, algo que fue rechazado por la bancada del PJ-FpV y otros bloques opositores. Finalmente los senadores de Cambiemos acompañaron el plazo de cuatro años.
“No era para entorpecer, era una oferta para intentar mejorar. No lo comparten, no hay problema, vamos a votar los cuatro años”, expresó Ángel Rozas, hasta hoy presidente del interbloque de Cambiemos. “A lo mejor, si el Ejecutivo cumple con lo que prevé, antes de los cuatro años se pueda completar”, añadió.
Antes de Rozas expuso el titular del bloque del PJ-FpV, Miguel Ángel Pichetto, quien expresó su respaldo a la prórroga pero volvió a dedicar su discurso a la supuesta amenaza de grupos violentos en la Patagonia, a los que vinculó con los mapuches. “Hay situaciones con un grupo identificado con la violencia extrema y con el no reconocimiento al territorio nacional”, sostuvo el senador rionegrino y se refirió escuetamente a la desaparición de Santiago Maldonado, tema que recorrió la mayoría de los discursos en la sesión.
Pichetto planteó “la necesidad de saber la verdad de lo que pasó con Maldonado” y lanzó una “opinión personal”. “Para mi no hay tierra sagrada. No puede haber ningún espacio de tierra en el territorio argentino que no esté bajo las autoridades de la Argentina”, afirmó. Pidió “buscar mecanismos de pacificación” y puso como ejemplo la situación de la región de la Araucanía en Chile, que “queda bajo jurisdicción militar del Ejército chileno”. “No quiero decir que hagamos lo mismo acá, vulneraríamos la Ley de Seguridad Interior”, aclaró rápidamente, pero insistió en que “la Argentina tiene que dejar de ser ingenua”.