Cuando Diego Sarjanovic fue asesinado la mañana del 4 de septiembre de 2015, tenía deudas "con amigos y mutuales", presuntamente a causa del dinero que le había prestado a Virginia Carolina Seguer. El era gerente de finanzas de empresa Mc Catering y ella, una ex empleada con un emprendimiento propio en el que la víctima colaboraba "con los números". Justamente, esa deuda fue, para el fiscal Miguel Moreno, la causa del "homicidio calificado por codicia y ensañamiento", por el que acusó a Seguer y su madre, Alicia Fernández, como coautoras. Les achacó haberlo apuñalado 64 veces en un departamento de Moreno al 500, donde supuestamente Sarjanovic se encontraba con Seguer por una relación extramatrimonial; y pidió prisión perpetua para ambas. La defensa de la mujer pidió la absolución porque sostuvo que fue "un hecho de legítima defensa".
La primera audiencia de juicio oral y público por la muerte del administrativo de la firma de cátering de eventos y viandas, estuvo más relacionada con los movimientos financieros del "empleado" y amigo de la familia Cura, que con un hecho de sangre.
Entre los testimonios, un muchacho que era asistente de Sarjanovic dijo que él depositaba los cheques que le decía la víctima y que también los "cambiaba" en mutuales. La versión fue confirmada por el presidente de firma, quien aseguró que Diego era "como un hermano" y que tenían "plena confianza" en él para manejar los números. También confirmó que tras el crimen se encontraron cheques de Seguer entre los papeles de Sarjanovic, pero que no tenían fondo y que "nunca se pudieron cobrar".
Los movimientos de dinero fueron cuestionados en varias oportunidades por la defensa de las imputadas, que llegaron a preguntarle a la esposa de la víctima cuánto ganaba su marido y si ella consideraba que con el sueldo de "unos 20 mil pesos" podían sostener tres vehículos, colegio privado para sus hijos y la cuota en el Jockey Club, entre otras comodidades. Ella se limitó a decir que también aportaba.
Tras el crimen se encontraron cheques de Seguer en poder de Sarjanovic, pero "no se pudieron cobrar" por falta de fondos.
Los testigos más cercanos a la víctima negaron que él haya tenido una deuda con Mc Catering, pero sí sabían que le había prestado a Seguer, quien hacía meses le prometía la devolución a través de la venta de una casa, de fideicomisos y hasta de contenedores de China. "Me dijo que los números no le estaban dando", dijo su asistente. Incluso recordaron que en una oportunidad, Seguer fue a la empresa a decir que le habían robado al plata de la venta de la casa y que "al otro día estaba como si nada". Al parecer, Diego les decía que ella le tenía que dar entre "100 y 200 mil dólares", pero nadie supo decir una cifra precisa. "¿Tenía montada una mesa de dinero? ¿Tomó plata de Mc Catering para asistir a la señora?", puso en duda la defensa. "No lo sé", respondió el empleado.
Otra cuestión llamativa es que cuando pasaron las horas y la familia ni los empleadores sabían dónde estaba Sarjanovic, contactaron directamente a quien era comisario de la 8ª, sin denuncia. Todos citaron a Seguer en el bar El Paso, ya que ella era quien debía encontrarse con él aquella mañana. Dijeron que pese a que era un día caluroso, ella estaba de sobretodo negro; y negó haberlo visto o hablado con él. Con esos datos, el comisario dijo que "iba a plantear el paradero". Recién ahí tomó intervención la Fiscalía.
Los hechos fueron escuchados por los jueces Gustavo Pérez de Urrechu, Delia Paleari e Irma Bilotta, quienes durante los próximos días analizarán la culpabilidad de las acusadas con el relato de otros 60 testigos.