La actividad económica avanzó 4,9 por ciento en julio frente al mismo mes de 2016, impulsada por la construcción y el sector de la manufactura. La recuperación se basa en la tracción de la obra pública sobre los rubros productores de insumos de la construcción, junto a la siderurgia y una parte de la metalmecánica, también asociada a la maquinaria agrícola. Se trata de una mejora parcial que no llega a compensar la baja del 5,9 por ciento de julio del año pasado frente a 2016. En siete meses, la economía acumula un avance de 2,1 en relación a 2016, aunque el año pasado mostraba una baja del 2,3 por ciento frente a 2015.
De cara a las elecciones, el Gobierno apretó el acelerador a fondo con la obra pública, con la ventaja de que la base de comparación del año pasado es muy baja. En julio, la construcción anotó una suba del 15,7 por ciento en relación al mismo mes de 2016. El contraste con la dinámica del año pasado es patente en muchos rubros pero especialmente en la construcción, ya que en julio de 2016 el sector registraba una baja del 18,3 frente a 2015. Según el informe del Ieric, el consumo de cemento en julio creció un 19,8 por ciento anual. En cuanto a la mano de obra, el empleo registrado en el sector se ubicó en los 410.821 puestos, un 12,5 por ciento arriba de los 365.076 empleos de julio de 2016, pero por debajo de los 426.798 de 2015.
El dato de julio representa la quinta mejora consecutiva de la actividad económica frente a 2016. En marzo anotó un alza del 1,4 por ciento, seguido del 0,3; 3,4 y 4,2 por ciento en abril, mayo y junio, respectivamente. Los datos oficiales muestran que el nivel de actividad económica sigue casi un 1 por ciento por debajo de 2015 y está 3,3 por ciento por encima de 2014.
Otro sector impulsor de la economía en julio fue la industria manufacturera, con un avance del 5,4 por ciento frente al mismo período de 2016. Fue el dato de producción industrial más positivo de la gestión de Cambiemos, por encima de enero de 2016, cuando la venta masiva de la cosecha de soja post-devaluación y la quita de retenciones permitió que el indicador mostrara crecimiento. La industria automotriz creció en julio 2,5 por ciento. El comportamiento entre los vehículos fue dispar, ya que mientras la producción de automóviles presentó una baja de 11,4 por ciento en julio con respecto al mismo mes del año anterior, los utilitarios aumentaron un 14,7 por ciento. La metalmecánica creció 15,8 en julio por el impulso de la fabricación de autos y de maquinaria agrícola. La construcción y las mayores ventas de vehículos actúan de tracción para la siderurgia. La producción de acero crudo creció en julio 12 por ciento mientras que el aluminio avanzó 9,2 por ciento. La contracara se verificó en el sector de textil y calzado, que cayó en julio 3 por ciento.
La limitada mejora industrial tiene su correlato en el empleo del sector. Por un lado, la utilización de la capacidad instalada industrial en julio se ubicó en el 65 por ciento, lo que implica que crece la producción sin la necesidad de contratar nuevos trabajadores, al tiempo que los sectores más mano de obra intensivos, como textil y calzado, expulsan personal. El resultado es que según los últimos datos del SIPA-Anses, en julio se registra una baja de 30 mil empleos industriales contra el mismo período del año pasado. Otro sector que está en terreno negativo es sustancias y productos químicos, con una baja en julio del 5,4 por ciento. La industria sigue un 2,8 por ciento por debajo del nivel de producción de julio 2015.
El informe publicado ayer por el Indec (EMAE) también muestra un avance del 5,3 por ciento interanual en el sector del comercio mayorista, minorista y reparaciones, del 3,5 por ciento en las actividades inmobiliarias y de alquiler y 4,1 por ciento en transporte y comunicaciones. Otra vedette de la economía, aunque con escaso impacto en términos de crecimiento general, fue la intermediación financiera, que creció 6,9 por ciento en julio frente al mismo mes de 2016, junto a la actividad inmobiliaria.