El modelo económico sigue acumulando desequilibrios macro. El déficit de la cuenta corriente sumó 12.889 millones de dólares en el primer semestre del año, al registrarse una suba de 68 por ciento en relación con el rojo anotado en el mismo período de 2016. Esto implica que en los primeros seis meses del año ya se perdieron divisas equivalentes al 20 por ciento de las reservas y a 2 por ciento del PIB. El endeudamiento externo del Gobierno, en tanto, aumentó a un ritmo de 2000 millones de dólares por mes desde el último trimestre de 2015, cuando asumió la gestión de Macri.
Las cifras, que se publicaron ayer en el Balance de Pagos del Indec, indican que la economía tiene una presión cada vez mayor. El déficit de cuenta corriente, que registra el desbalance de un país entre las exportaciones e importaciones (de bienes y servicios), se convirtió en uno de los principales problemas estructurales de la economía local. La desregulación y apertura comercial potenciaron estos desequilibrios del frente externo. El país pierde divisas genuinas en el comercio y sólo incorpora dólares financieros (deuda) que más temprano que tarde se deberán devolver y aumentan la carga de intereses.
El documento del Indec precisó que el rojo de la cuenta corriente alcanzó los 5954 millones de dólares en el segundo trimestre del año. Se trata de una cifra que duplica el déficit registrado en años anteriores. En el segundo trimestre de 2016 el rojo de la cuenta corriente había sido de 2780 millones de dólares, mientras que en 2015 había sido de 2533. La macro tiene un doble problema. Este déficit externo se suma a la falta de equilibrio fiscal. Este año, según estimaciones del mercado, se alcanzará el déficit gemelo más importante desde 2001. Las consultoras indican que este año se acumulará un rojo fiscal de 5 por ciento del PIB y de 6 de cuenta corriente.
En el Balance de Pagos se registró que el stock de préstamos de deuda externa del Gobierno pasó de 58 a 99 mil millones de dólares. En el detalle se precisó que el 90 por ciento de la deuda es de largo plazo, al tiempo que 63 por ciento deberá pagarse en moneda estadounidense, 19 por ciento en euros y el resto en otras divisas.
El endeudamiento del último año y medio se utilizó para cubrir los desequilibrios de la macroeconomía, en particular el déficit del comercio. También se destinó a financiar la fuga de capitales del mercado interno, que este año, según estimaciones del sector privado, superaría los 30 mil millones de dólares. Unos 14 mil millones de dólares de la fuga se explicarían por el atesoramiento de particulares (ahorro en divisas), al tiempo que otros 14 mil millones de dólares serían por el déficit de turismo y 3 mil millones por giro de utilidades de firmas multinacionales.
La falta de consistencia del modelo económico, en el cual se acumula deuda a pasos acelerados mientras se pierden dólares comerciales y financieros (por la fuga), genera que los especialistas de distintas corrientes planteen problemas de sustentabilidad. Carmen Reinhart, investigadora de Harvard y eminencia en el mainstream, aseguró esta semana que de la Argentina le preocupa el ritmo del endeudamiento.