La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó ayer que la próxima cosecha argentina de soja 2017/2018 caerá en 3,5 millones de toneladas respecto del ciclo 2016/2017. Según los datos de esa entidad, el ciclo pasado se recolectaron 57,5 millones de toneladas de soja. En tanto, para el período 2017/2018 serán 54 millones de toneladas, un 6 por ciento menos. Ese nivel de producción está cerca del promedio de las últimas cinco campañas, de 55,4 millones de toneladas. “La causa de la retracción productiva hay que buscarla en la caída del área sembrada, que se reducirá en 1,1 millón de hectáreas por mayor siembra de maíz, girasol y trigo y el recorte de superficie por los excesos hídricos”, explicaron desde la Bolsa de Cereales. En cambio, se sumarán 2 millones de toneladas de maíz, cuya producción se proyecta en 41 millones de toneladas, mientras que la cosecha de trigo sería 17 millones de toneladas, desde las 16,8 millones de la campaña previa. A pesar de las concesiones que el Gobierno nacional realizó el año pasado al agro (devaluación junto a quita de retenciones), se verifica un retaceo de la venta de la cosecha, que impacta en forma negativa en las exportaciones. Desde el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el especialista Bill George, aseguró ayer que “la retención de la soja que dispone el productor argentino en el campo va a permitir durante 2018 sostener el precio de la oleaginosa en el mercado internacional”.