Seis días después de haber sido designado para hacerse cargo del caso que investiga la “desaparición forzada” de Santiago Maldonado, el juez Guillermo Lleral desembarcó en el juzgado de Esquel y, al llegar, admitió haber leído solo “algo” de la causa. Para ponerse en autos, mantiene allí una reunión con su antecesor Guido Otranto, quien fue apartado del cargo por expresiones que pusieron en riesgo su imparcialidad.
La llegada del juez que hasta el viernes pasado se desempeñaba en el Juzgado 2 de la ciudad de Rawson es la toma formal del caso, en uno de los momentos más calientes de la investigación.
Lo que tendrá que hacer a partir de hoy es ponerse al tanto del expediente y, en un principio, analizar las llamadas de los gendarmes que, luego de los mensajes de audio revelados la semana pasada, aumentaron las sospechas sobre la responsabilidad de esa fuerza de seguridad en la desaparición del joven tatuador.
Lleral ingresó a la sede del juzgado de Esquel, ubicada en 25 de Mayo y San Martín, de esa ciudad, junto con su equipo de colaboradores: los secretarios penales Gustavo Fabián Latorre y Leonardo Barzini; el prosecretario Juan Carlos Araujo y el escribiente José Daniel Scocco. El magistrado tuvo un brevísimo contacto con la prensa, que le preguntó si ya había leído el expediente. “Algo”, fue la respuesta.
Las expectativas de hoy se centran en su reunión con Otranto, el juez que estuvo a cargo de la investigación desde que la familia de Santiago Maldonado denunció su desaparición desde el 1º de agosto, día en que participó de una protesta en el Lof en Resistencia de Cushamen y, según testigos del caso, fue visto por última vez cuando era detenido y lleva por gendarmes. Fue el mismo Otranto el que ordenó la realización de ese operativo.
El apartamiento de Otranto decidida por la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia el viernes pasado. Otranto había sido recusado por la familia, que consideraba que no estaba llevando adelante la investigación de manera parcial. El tribunal no atendió los reclamos de los Maldonado para apartar el juez, sino los del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que en otra recusación hizo eje en las declaraciones del magistrado durante una entrevista periodística en la que afirmó que “la hipótesis más razonable es que Maldonado se ahogó” en el Río Chubut.
La expresión que va a contramano de los largos indicios (testimonios y peritajes) sobre la posible responsabilidad de Gendarmería y el CELS la señaló como una muestra de la parcialidad de Otranto. La Cámara de Comodoro Rivadavia no puso en tela de juicio la imparcialidad del juez, pero lo separó de la causa porque consideró razonable las dudas de los querellantes.