La investigación de los legisladores, que probablemente citen a declarar a los responsables de la empresa, tratará de establecer si las cuentas automatizadas de Twitter, conocidas como bots, se utilizaron para difundir propagada y falsas noticias.
La investigación preliminar se basa en un estudio conjunto de las universidades de Indiana y del Sur de California, que afirma que hay un 15 por ciento de perfiles falsos en Twitter, alrededor de 49 millones de cuentas, utilizadas para difundir mensajes. El informe se centra en el análisis de la propagada rusa y analiza páginas web, etiquetas y trending topics.
El hecho de que esos mensajes pudieran evitar los filtros habituales resultó llamativo. Los académicos tratan de averiguar ahora cuál es el impacto de los links de Twitter en los buscadores de Google. En su momento, los usuarios falsos eran fácilmente detectables, pero con el tiempo han podido sortear muchos de los controles vigentes.
El 1 de noviembre deberán declarar ante la Comisión de Inteligencia los representantes de Twitter, Facebook y Google, quienes deberían ayudar a "entender mejor cómo Rusia usó herramientas y plataformas para sembrar discordia e influir en las elecciones presidenciales de 2016".
“Tenemos un hondo respeto por los procesos electorales, son la piedra angular de todas las democracias. Vamos a seguir reforzando nuestra plataforma contra los bots y otras formas de manipulación que se saltan nuestras reglas”, advirtió un vocero de Twitter.
El fundador de Facebook, por su parte, Mark Zuckerberg, sostuvo que "me importa muchísimo el proceso democrático y proteger su integridad", y se manifestó preocupado porque se estén usando "sus herramientas para minar nuestra democracia”. “El público merece saber qué pasó en las elecciones de 2016", agregó, Colin Stretch, responsable legal de Facebook.
Se calcula que a través de 3 mil cuentas se compraron mensajes por cerca de 100 mil dólares. Aunque previamente se había dicho que no había pruebas, el mes pasado se comprobó que había 470 páginas y perfiles relacionados con la Agencia de Investigación de Internet de Rusia.
La investigación trata de dilucidar si desde el Kremlin hubo maniobras para alterar el proceso electoral norteamericano en desmedro de Hillary Clinton para favorecer a Donald Trump, caso por el cual cayó el fugaz asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, que renunció por sus inocultables contactos con Moscú. Jeff Sessions, el actual Fiscal General (equivalente al ministro de Justicia) también quedó salpicado al trascender que durante la campaña tuvo reuniones con el embajador ruso en Washington.