Malena es una niña que, como millones de su generación, encuentra en la tablet su principal vía de entretenimiento. Hasta que una noche, un libro mágico irrumpe en su habitación, lanzándola a un mundo por ella inexplorado. Desde esa premisa, el grupo Kashimá montó Leer para creer, puesta teatral que dio el salto a la pantalla: esta tarde, a las 16, la película homónima estrenará en Arteón (Sarmiento 778), ampliando así un proyecto que, el año próximo, tendrá su edición física a través de la editorial independiente Pesada Herencia.

Dirigida por Agustina Toia a partir de un guión de Laura Wulfson (además protagonistas junto a Julia Rovere), la película comenzó a pergeñarse luego de que un padre, tras una función de Leer para creer, confió a las actrices que, ya en casa, su hija insistía con ver la obra una y otra vez. Con esa motivación, en 2016 comenzaron a trabajar en la adaptación y en la búsqueda de locaciones para el rodaje. Con Juan Manuel Durán como camarógrafo, el trabajo comenzó a tomar forma, completándose con la música original de Ariel Migliorelli y las animaciones de Maia Ferro y María Florencia Evdemon.

Sacando provecho de las posibilidades propias del lenguaje audiovisual, las actrices buscaron potenciar aquello que ya se había probado efectivo en la versión en vivo. "Lo que hicimos fue tratar de sostener la lógica de la situación de cada cuento que Malena revive, pero dándole lugar a ella. En la obra el público se hace partícipe todo el tiempo, en cambio en la película uno empatiza con lo que le sucede a Malena", explicó Wulfson, y agregó: "Tratamos de poder crear esa sensación de que lo que está viviendo Malena puede estar pasándote a vos. Y evidentemente esa situación se genera porque los niños empatizan con lo que le está pasando. Tratamos que ese espíritu de la empatía y la magia suceda también en la película".

- Muchas veces, por no decir todas, la falta de lectura de los niños está dada por la ausencia de incentivo de parte de los padres, que incluso tienen un gran desconocimiento en relación al universo de la literatura infantil.

- Tal cual, es un universo. Realmente creo que lo fundamental es generar éso, que el niño pueda imaginar ese mundo más allá de lo que está viendo (en este caso una película o una obra de teatro), imaginar todo el contexto, lo que está sucediendo alrededor de eso. En Leer para creer lo que sucede es que Malena está en su habitación y afuera aparece la voz de la madre, que si bien le ha comprado libros (porque en su habitación tiene libros) evidentemente se ha quedado enganchada a la rutina, a esto de que Malena se tiene que ir a dormir, y no está proponiendo una lectura en conjunto con su hija, no está proponiéndole inventar un cuento. Esto para nosotras es importantísimo. Por eso llevamos mucho la obra a escuelas, donde las maestras nos plantean cómo genera en los niños el deseo de leer. Es éso: generar el deseo. Si un adulto no incentiva o promueve eso, es muy difícil que el niño lo haga solo. No quiere decir que no haya niños que lo hagan, pero es complicado, porque los niños muchas veces copian lo que hacemos los adultos. En ese sentido intentamos por lo menos aportar algo para que ese universo se amplíe en cada niño.