La radio sigue dando que hablar. En tiempos en los que la información es un bien tan preciado como maltratado, en el que la sobre estimulación de discursos afectan el entendimiento de los ciudadanos, la vieja y querida radio recupera el lugar reflexivo que otros medios abandonaron a puro griterío y búsqueda de impacto. En ese crítico contexto informativo, el medio más chico entre los grandes lejos está de perder audiencia. Por el contrario, la posibilidad de sintonizar cualquier emisora en cualquier lugar a través de las distintas aplicaciones, facilitó la escucha aquí y allá. La audiencia radiofónica se sigue moviendo al compás de una realidad que no da tregua, y ya se perciben algunas tendencias en la AM, como que la 750 fue la emisora que más creció en el último trimestre, de lunes a domingo, consolidando su cuarto puesto entre las radios más escuchadas. Por su parte, mientras la 710 también incrementó su audiencia en la última medición, Mitre no sumó nuevos oyentes pero mantiene su núcleo duro, lo que le permite seguir en lo más alto. Por su parte, La Red, Continental, Rivadavia y Nacional sufrieron pérdidas.
La AM 750 fue la emisora que más creció en agosto. La sostenida expansión que viene evidenciado la emisora desde hace más de un año y medio dio un salto importante en el último mes medido, cuando el promedio general de su audiencia se incrementó un punto respecto al mes anterior. Así, la 750 pasó de los 8,11 puntos de share del trimestre mayo-julio a los 9,10 que midió en el período junio–agosto. La dimensión del crecimiento se puede explicar considerando que un año atrás la emisora promediaba 6,2 puntos. La 750 consolida su cuarto lugar entre las AM más escuchadas, detrás de Mitre (42,1 puntos de share), Radio 10 (16,4) y La Red (14,3), y superando holgadamente a Continental (3,9), Rivadavia (2,3) y Nacional (1).
Si bien el incremento de la audiencia de la 750 se percibe a lo largo de toda la programación, no se puede soslayar el papel protagónico de Víctor Hugo Morales. El periodista uruguayo, junto a Gustavo Campana, alcanzó con su programa de la segunda mañana de la emisora una audiencia de 12,2 puntos de share, en el competitivo horario de 9 a 12. A la vez, la programación futbolística de los domingos que encabeza Morales junto al equipo de Relatores alcanzó una audiencia de 13,8 puntos. En ambos programas, el periodista y relator uruguayo supera en audiencia –por 10 puntos de diferencia, en ambos casos– a la de Continental, su anterior emisora. La otra gran figura de la 750, Alejandro Dolina, sigue demostrando que en la radio todavía se disfrutan a los maestros. La doble programación de La venganza será terrible, en el aperitivo de las 20 y en el tradicional horario de la medianoche, cosecha cada vez más oyentes. Víctor Hugo y Dolina se convirtieron en los cimientos de una programación que no cesa de incorporar audiencia desde que ambos llegaron a la emisora.
Al analizar las planillas de Ibope, no dejan de sorprender algunos detalles. El más evidente tiene que ver con Radio Nacional. La radio pública bajo gestión de Cambiemos no puede levantar cabeza, alcanzando una audiencia de tan solo un punto de share, muy lejos de los 6 puntos que tuvo durante el gobierno anterior. La AM 870 se ubica en el noveno lugar entre las preferencias del público, detrás incluso de la recientemente renovada Rivadavia. Otra emisora de capa caída en términos de audiencia es Continental, que en el último trimestre perforó el piso de los 4 puntos, al promediar 3,9.
No puede realizarse ningún análisis de la audiencia radiofónica sin tener en cuenta la situación de Radio América, la emisora que increíblemente sigue silenciada y sin que los trabajadores abandonados tengan respuesta a sus reclamos. Hace meses se anunció que Perfil había ganado la licitación para explotar la 1190, pero por ahora continúa sin aire. También hay que aclarar que desde hace dos meses Radio Del Plata no es auditada por Ibope. Los trabajadores de la AM 1030 sufren desde hace más de un año problemas en el pago de los sueldos, aguinaldos, cargas sociales y de las facturas del personal contratado, por lo que mantienen una hora de retención de tarea cada hora al aire, como medida de protesta ante los acumulados incumplimientos de Electroingeniería.