Tarde o temprano se tenían que encontrar: un rumor de búsquedas estéticas muy parecidas y una trayectoria plagada de encuentros, premios y reconocimientos, más allá de sus ciudades natales, los uniría a partir de un ángel y una valija. Severo Callaci, actor, director y docente de teatro de esta ciudad, protagonista de la exitosa La Canción del Camino viejo, entre otros trabajos, toma contacto con Sergio Mercurio, conocido internacionalmente como "el titiritero de Banfield", creador multifacético oriundo de esa localidad, que después de un viaje por Latinoamérica incursionaría también en el mundo de la literatura y del cine. De ese contacto nace El ángel de la valija, obra escrita y dirigida por Mercurio e interpretada por el dúctil Severo Callaci, que estrenará el sábado 7 de octubre, a las 21, en el Cultural de Abajo (Entre Ríos 579).
"El trabajo se inició en el año 2010 en el marco de un taller‑retiro que organiza Sergio Mercurio y su familia, para artistas de todo el mundo, con el objetivo de vivir una experiencia artística y creativa, tratando de descubrir cierta poética personal", dice Callaci a Rosario/12. Según el actor, uno de los ejercicios fundamentales de este taller se llama "¿De dónde vengo?", y consiste en contar una historia que tenga principio, desarrollo y final, donde, utilizando no más de tres objetos, se muestre escénicamente, de forma libre, de dónde es que uno viene.
Este ejercicio y los resultados de lo que se trabajó en el taller constituyen, según estos auténticos creadores de las artes escénicas, los disparadores que motivaron la posibilidad de montar un espectáculo.
El ángel de la valija cuenta las andanzas de un tal Ezequiel Sanguinetti, lo que se dice una persona común y corriente que vive en una pequeña comunidad, hasta que un día se le encomienda un trabajo muy especial: ser un ángel. Esta tarea le exige a nuestro héroe despojarse de todas sus pertenencias, pero hay algo de lo que Sanguinetti no estará dispuesto a deshacerse: su valija.
La partitura dramática de esta historia será escrita por el director Sergio Mercurio, en base al despliegue de un actor como Severo Callaci, que a partir de su ductilidad llegará a recrear a 10 personajes, narradores a su vez de una historia entre el cielo y la tierra, el apego y la libertad.
Si algo ha caracterizado en parte la rica búsqueda de Callaci como artista es un posicionamiento con respecto a esos seres que ya integran una fauna especial y que conectan directamente con el público: a partir de creaciones como ese inolvidable Titi Taboloni (La Canción del Camino viejo) o dirigiendo obras como Aire Puro y Los camilleros, protagonizadas por personajes de reconocida filiación popular.
"A finales del 2011 nos habíamos acercado a lo que sería una primera versión del trabajo que no fue estrenada por diversos motivos, después del 2011 nos seguimos encontrando dos veces por año a trabajar con intensidad, pero más en un plan de búsqueda que de montaje", dice Callaci.
El proceso fue largo y aclarándose en el camino, según palabras del actor que comparte con el director una idea muy clara acerca del destinatario de este trabajo: "Queríamos que la gente viva una experiencia al presenciar esta obra, la idea no es que el público vea un espectáculo que sólo técnicamente esté bien o que sea un relojito; sino que vean un alma, que vean un espíritu de alegría, de fantasía, de emoción, de poesía, de viaje".
El equipo se completa con el aporte de Lucas Comparetto en los dispositivos escénicos, Marcelo Torrone como autor de la música original, Andrés Martorell en la asistencia técnica, Laura Perales en Vestuario y Sergio Mercurio, que además de la dirección y la dramaturgia se ocupó del diseño de luces.