Entre la mañana de ayer y el crepúsculo del viernes se llevó a cabo el primer encuentro de trabajo y cultura organizado por Radar de los Trabajadores, un espacio destinado a poner en red la producción cultural de casi treinta sindicatos nucleados en la CGT y la CTA. Las dos jornadas de reflexión intensiva, cuyo eje pasó por preguntarse qué hacer en esta complejísima coyuntura política, económica y, sobre todo, cultural, incluyeron dos charlas y cinco mesas de trabajo. Las charlas funcionaron como dos caras de la misma moneda. La primera, de la que participaron el director de FLACSO, Luis Alberto Quevedo; el Secretario General de la Asociación Argentina de Actores, Luis Alí; y Araceli Bellota, ex Directora nacional de Patrimonio y Museos, se desarrolló bajo el tópico “El trabajo de la cultura”. La segunda invirtió el nombre pero no la intención: “Trabajo y cultura”. “El trabajo es constitutivo de la humanidad. Cuando la restauración conservadora viene por los derechos laborales arroja a los seres humanos al mundo de la necesidad. Ante esta realidad, la idea matriz de Radar es defender la cultura del trabajo”, enmarcó María Seoane. La impulsora del proyecto se solidarizó con el primer orador, Víctor Santa María, “por la injusticia de la persecución contra él y , y por la ficción montada por los grandes medios, basada en la repetición de mentiras”, remarcó la directora del Centro Cultural Caras y Caretas.
“¿Por qué nuestro sindicato tiene una radio, una sala para recitales, un diario y una universidad?”, fue la pregunta disparadora del titular del SUTERH. “Porque entendemos que la defensa de los derechos de los trabajadores no solo tiene que ver con discutir paritarias o luchar por las condiciones de trabajo, sino también con mantener vivo el legado de la única revolución cultural que hubo en la Argentina, la de los dos primeros gobiernos de Perón. Una transformación cultural que sigue viva, porque fue la que le dio al trabajador la posibilidad de ser artífice de su propio destino. ¿Cómo puede ser que hoy, tras esas conquistas ganadas, haya trabajadores que justifiquen que le aumenten la luz y el gas, o que consideren que esté bien que no haya aumentos salariales? Esta es una batalla cultural que no se puede perder. No se puede pensar el trabajo como un costo, como pretende instalar el gobierno, sino como un derecho. Lo que está en juego son dos proyectos muy distintos de país. Uno que incluye a los 40 millones de habitantes, y otro que no”, enfatizó el presidente del PJ de CABA.
También participaron el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo; el titular de la CTA, Hugo Yasky y David Choquehuanca, secretario general del ALBA. “Lo que tenemos que hacer en nuestro continente es volver a ser, porque se está imponiendo otra vez la cultura del individualismo, la explotación, la división y el saqueo. Hay que reaccionar frente a las crisis”, señaló el dirigente boliviano. Palazzo recalcó la labor cultural de los sindicatos. “Los trabajadores no solo pensamos en discusiones salariales, o en estar en la calle; nos ocupamos con talento, capacidad y organización de labores culturales. Y esto es central, porque estamos padeciendo un gobierno que pretende crear un significante vacío en la rica historia que tiene el movimiento obrero, y la sociedad en su conjunto”, manifestó el titular de la bancaria, que también expresó su solidaridad con Santa María.
“Lo que buscan es callar todo pensamiento contrario a sus intereses, hay que estar unidos frente a eso”, dijo el sindicalista ante el auditorio colmado del SADOP, y atento a la recurrente pregunta “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Yasky focalizó en la relación de fuerzas en el campo cultural. “Estamos en el momento más tenso de una batalla cultural, en el que ellos están obteniendo alguna victoria, pero nosotros estamos en una actitud defensiva y beligerante, que les impide terminar de avanzar hasta donde tienen el mandato, los intereses de Washington. La Argentina se resiste a ser un país de libremercado, pese a un gobierno que maneja los medios y cuenta con el apoyo de las corporaciones empresarias multinacionales, y de parte del voto. Cuando algún asalariado considera que está bien que le aumenten la luz hay una derrota en el terreno cultural ¿Ante esto, qué?: tener presente el ejemplo de las Madres de Plaza de Mayo, que ganaron una batalla desde la más absoluta adversidad. Como decía Yupanqui, la flecha está en el aire”, cerró Yasky, ante un aplauso cerrado, catártico y duradero.