El Gobierno prefiere no hablar de ajuste ni tarifazo. Sin embargo, no niega que habrá “novedades” en materia de tarifa eléctrica y de gas, que hay promesas hechas a empresarios del transporte para un “reacomodamiento”, a lo que se agrega la reciente decisión de “liberar” el precio de los combustibles. El tarifazo se cocina a fuego lento para después de las elecciones legislativas. 

 Cuando tras diversos amparos judiciales y fallos en contra, el gobierno debió revertir los megatarifazos en luz y gas, a principios de 2016, lo que quedó plantado es que no resignaría los ajustes previstos sino que se distribuirían en el tiempo. Este gradualismo va de la mano del recorte de subsidios a la energía que el gobierno anterior había implementado como política redistributiva, y la gestión de Cambiemos quiere erradicar. Para ello, dispuso nuevos recortes en la partida de subsidios económicos para el Presupuesto General de Gastos de 2018, lo que tendrá comienzo de aplicación con los aumentos en los servicios domiciliarios en los meses de noviembre de este año y febrero del próximo. 

 Las tarifas eléctricas de las distribuidoras que están bajo regulación nacional (Edenor y Edesur) aumentarán en noviembre por partida doble: habrá ajuste del valor producto y además se autorizó a las concesionarias a aumentar su margen de rentabilidad (llamado Valor Agregado de Distribución). Este ajuste de tarifas se suma a un aumento del 40 por ciento aplicado a principios de 2017, y se encadena con un nuevo incremento a partir de febrero próximo. La tarifa de gas también tiene fecha para su aumento: diciembre. En este caso, será el reflejo del incremento en las partidas que reciben las transportistas y los distribuidores.

 El transporte público tendrá ajustes en varios frentes. El pasaje mínimo del autotransporte urbano en el área metropolitana se moverá de los actuales seis pesos a un valor que lo acerque a los 11 pesos, “punto de equilibrio” para el oficialismo a la hora de imaginar el fin del subsidio a las empresas. También están previstos aumentos en el subte e incluso en los taxis, ya que al pedido de aumento pedido por este sector se les respondió con un compás de espera para volver a charlar el tema a fines de octubre.  También habrá nuevos ajustes, antes de fin de año, en el cuadro de tarifas de los peajes. 

 A ello se sumará la incidencia del probable aumento de los combustibles que se esperan para noviembre y diciembre. Con el anuncio de la liberación de precios, el gobierno nacional habría obtenido el compromiso de las empresas de no ajustar los precios en surtidor en los próximos días, pero sí se esperan ajustes para después del 22-O. También en telefonía celular y otros servicios regulados se esperan o ya están anunciadas subas para después de la emblemática fecha del calendario electoral.