Desde Esquel
Los teléfonos de los gendarmes que participaron de la represión a la comunidad mapuche de Cushamen que hace hoy dos meses terminó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado pueden ser la clave para descifrar qué pasó con el joven. Como PáginaI12 publicó días atrás, un vehículo de Gendarmería recorrió más de 600 kilómetros y dos agentes recién regresaron a sus bases a las 5.30 de la madrugada siguiente a aquel operativo. Del análisis de los celulares surgen sospechas de que podrían no ser los únicos. “Te aviso que vine trayendo a El Bolsón un detenido”, dice un mensaje sin fecha ni horario que quedó registrado en el celular de Orlando Yucra. El mismo gendarme aparece también mencionado en un diálogo entre dos de sus compañeros: “Preguntale a Yucra lo que hicimos después todo el resto atrás.” Por pedido de la Fiscalía Federal de Esquel, la Dirección General de Inteligencia Criminal de la Policía Federal (PFA) ya está trabajando en la apertura de una serie de teléfonos para analizar con mayor profundidad su contenido.
Yucra es uno de los gendarmes sospechados. Los otros son Fabián Méndez, jefe del Escuadrón de El Bolsón, Pablo Escola, segundo a cargo del Escuadrón de Esquel, Daniel Gómez, primer alférez del Escuadrón 35, y los gendarmes Emmanuel Echazú (a quien se lo ve subiendo del río con una escopeta y lastimado), Darío Zoilán y Aníbal Cardozo, ambos escopeteros, Juan Carlos Peloso, Ramón Vera, Neri Robledo, Maira Ramos, entre otros.
Ese grupo de gendarmes quedó en la mira de los investigadores tras la primera lectura de las pericias realizadas a sus teléfonos. Las sospechas surgen porque hay mensajes en clave y menciones explícitas a un desaparecido o un detenido, además de desconcierto de muchos gendarmes sobre lo que efectivamente sucedió.
Los especialistas de la Policía Federal analizarán ahora todo el material, sin la filtración por palabras claves como se realizó en una primera instancia. El siguiente paso clave será la geolocalización de cada uno de los celulares para saber si algún gendarme realizó traslados o movimientos sospechosos. Para lograr esa información precisa se está trabajando sobre el impacto de los datos de las antenas (la conexión itinerante de datos), además de haber solicitado a la empresa Google el rastreo de los GPS de los Smartphone (equipos inteligentes) utilizados durante el operativo.
Por ejemplo, una de las patrullas que salió el 31 de julio por la mañana regresó a las 5.30 del 2 de agosto. Uno de los vehículos utilizados realizó más de 600 kilómetros, según el documento al que accedió este diario. ¿Adónde fueron esos gendarmes? ¿Qué hicieron en todas esas horas? En esa patrulla estaban Méndez, Echazú, Yucra, Peloso, Zoilán y Ramos, entre otros.
Yucra es uno de los gendarmes que posee mensajes de texto que despiertan sospechas para los investigadores. En la foja 2060 se volcó parte del contenido de su teléfono celular. A partir de un filtro de búsqueda por la palabra “detenido”, surgió el siguiente diálogo. “Te aviso que vine trayendo a El Bolsón un detenido”. La particularidad de este mensaje es que no tiene fecha ni horario. El 17 de agosto, a las doce del mediodía, este gendarme realizó una llamada telefónica “a un sujeto de sexo masculino quien tendría un vínculo familiar en donde refieren sobre la causa de Santiago Maldonado sin nombrarlo”.
A partir de estos mensajes, vuelve a cobrar relevancia otro texto de un integrante del Escuadrón 37 (sin identificar en la pericia realizada por PFA), que sostiene lo siguiente: “Si es en Leleque, cerca del Maitén y el Bolsón pero Gendarmería lo detuvo pero lo liberó y de ahí no se sabe más nada.”
Hay otros gendarmes que también hablaron en código, utilizando la palabra tigre para referirse a Santiago Maldonado. “¿Alguna novedad del tigre?, se preguntaban dentro de un grupo de chat de WhatsApp. Incluso, el primer alférez Gómez manifestó, luego de que un comandante le preguntara si se habían replegado de inmediato, que en realidad “se hizo un rastrillaje para ver que no quedara nada, que no quedara ningún tigre ahí acobachado”. Esta conversación fue el 4 de agosto.
Con este contexto y una reconstrucción más fina de lo sucedido el 1º de agosto vuelve a recobrar sentido también el mensaje que recibió el sargento Sergio Rigonatto, desde un usuario agendado como “Amor”: “Tené cuidado. No comentes nada. Vos no escuchaste ni dijiste que Robledo le dio un piedrazo al individuo. Vos estabas lejos de eso. Por eso estaban preguntando quien estuvo al momento que Neri (Robledo) estaba almorzando”.
Pistas detrás del odio
Ninguno de los mensajes y videos que fueron peritados por la PFA deben analizarse sin su contexto. Algo que tienen en claro lo investigadores es que existe cierto desprecio por parte de los gendarmes hacia los mapuches. Por eso muchas veces la lupa debe ponerse en aquellas comunicaciones donde los uniformados expresan mayor virulencia hacia los mapuches para luego encontrar algún quiebre que signifique una pista.
El escopetero Cardozo -a quien se investigará en profundidad- mantuvo un diálogo con el cabo Cuenca sobre una manifestación que se había realizado frente a uno de los escuadrones de Gendarmería, donde una persona quemó una bandera argentina. A partir de la lectura de los mensajes enviados entre los uniformados que presenciaron este hecho, queda en evidencia que muchos de ellos habrían tomado la decisión de reprimir dicha manifestación, al mismo tiempo que reflejan su disconformidad con sus jefes por no haber avanzado en la aplicación de mano dura.
En este contexto, Cardozo le dijo a Cuenca: “Si en el corte de ruta preguntale a Yucra lo que hicimos después todo el resto atrás”. Cardozo es uno de los escopeteros que llegó cerca del río. ¿Qué hicieron, de qué se jacta, qué es lo que está ocultando?
“Hubo un corte de ruta normal como siempre, lo hicieron los hijos de putas estos. Un día fuimos a desalojar, hasta yo fui imaginate, y los desalojamos. No sabes cómo los desalojamos, a los tumbos y le allanamos las chozas de mierda que ellos tienen. De ahí quedaron re calientes, ellos estaban mal acostumbrados, veían a los gendarmes y nos corrían y esta vez no nos corrieron. Obvio que estaba el peitudo, viste. Y bueno, inventaron que desapareció el mugriento éste del Maldonado… después a los dos días del desalojo salí de licencia”, sostuvo Cardozo, en un audio registrado por su celular.
“Valió la pena”
Hay dos videos que fueron hallados en los celulares de dos gendarmes, uno registrado a las 12.22 del 1º de agosto y el segundo, a las 13.23. Este último estaba en el equipo de Maira Ramos, la persona que dice haber asistido a Echazú dentro de la Pu Lof, cuando ya había terminado la represión. Allí se puede apreciar una primera secuencia de una persona que corre desde la ruta hacia el puesto de seguridad, una segunda secuencia con un grupo de 10 gendarmes que se acercaron a la casilla, uno de ellos con trapos o lonas con una parte de su superficie cubierta de rojo y un palo en la mano que fue arrojado cerca de una caja de cartón. Cuando se retiran, puede verse que otro de los gendarmes posee una bolsa azul en su mano izquierda y una piedra en su diestra. El resto del grupo sigue atento los movimientos en la casilla, observando de reojo. ¿Estaban limpiando parte de la escena?
El otro video corresponde al celular de Zoilán, captado a las 12.22 del 1º de agosto, es decir ni bien finalizó el operativo represivo. La persona que lo filmó (quizás el propio Zoilán o Peloso, ya que también la pericia de la PFA arrojó que el mismo video fue compartido por él), preguntó: “La patrulla de Leleque ¿y cómo estuvo el procedimiento?”
El video registra a cuatro gendarmes caminando por las vías de la trochita, luego de realizar un rastrillaje, probablemente sobre la costa del río; dos de ellos poseen escopetas, un tercero tiene un palo y una tenaza y el cuarto está enrollando un alambre. El que está más cerca de la cámara respondió: “Agitador… muy agitado pero valió la pena”. De fondo se escuchan y observan algunas risas en clave de festejo.
Los distintos actores que investigan la desaparición forzada de Santiago Maldonado están concentrados en lo que pudo haber sucedido sobre la costa del río y a partir de ahí desentrañar las responsabilidades políticas en la desaparición de Santiago. La tecnología será clave para ello, más allá de los testimonios que aún faltan concretar por parte de la Pu Lof en Resistencia Cushamen. Además del análisis completo de los teléfonos, la fiscalía también el cruce de llamadas entre todos los que participaron de la represión. De ahí también surgirán, probablemente, las múltiples conexiones que hubo entre Méndez y Pablo Noceti, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad.
@spremici