El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el próximo secretario de Defensa será el general retirado James “Perro Loco” (Mad Dog) Mattis, un ex militar que participó de la invasión a Irak y a Afganistán en 2001 y que considera a Irán el factor central de la inestabilidad en Medio Oriente.
Es el primer militar de carrera en ocupar el cargo de secretario de Defensa desde 1951, cuando lo fue durante el pico máximo de la Guerra Fría el general George Marshall, bajo la presidencia de Harry Truman.
El anuncio fue realizado el jueves durante un acto en Cincinnati, Ohio, en el que Trump anticipó que Mattis, apodado Mad Dog, reemplazará a Ashton Carter al frente del Pentagono.
“Vamos a nombrar a Mad Dog Mattis como nuestro secretario de Defensa, pero no lo anunciaremos hasta el lunes así que no se lo digan a nadie. Mad Dog, es genial, él es genial”, afirmó el presidente electo en una jornada que marcó su regreso a los escenarios públicos luego de su triunfo electoral.
El Partido Republicano, que resultó fracturado durante la campaña ante la disyuntiva de apoyar o no la candidatura de Trump, parece haber sanado rápidamente las heridas, con apenas algunas pocas voces disonantes. El republicano Paul Ryan, que se había negado a realizar campaña en favor de Trump, ahora parece sentirse cómodo y firme junto al presidente electo. “Fue un candidato no convencional. Será un presidente no convencional’’, dijo Ryan a la cadena CBS en un programa que será transmitido el domingo. “Lo que me gusta de él es que se trata del tipo de gente que hace cosas’’, añadió, de acuerdo con adelantos de la entrevista.
Mattis, que además es historiador, es considerado uno de los más destacados estrategas militares estadounidenses, característica resaltada por Trump, que lo comparó con el general George Patton, que lideró el avance estadounidense por Francia y después por Alemania tras el desembarco en Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
Mattis tiene fama de ser uno de los altos generales más cultivados de los Estados Unidos. Quizá por ese conocimiento mismo de la historia militar, compartió los riesgos del frente de batalla con sus tropas en varias oportunidades, en lugar de alojarse en un sitio más seguro.
El futuro secretario de Defensa, de 66 años, dirigió sus primeras tropas de combate durante la Operación Tormenta del Desierto, nombre con el que se designó a la campaña militar norteamericana durante la invasión a Irak en 1991, por parte de una coalición internacional.
Sin embargo, fueron los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Pensilvania y Washington los que catapultaron su carrera militar, ya que fue uno de los primeros hombres en armas en poner el pie en Afganistán como comandante de las fuerzas de vanguardia de la Infantería de Marina que invadieron ese país. De Afganistán dio el salto a Irak como comandante de la Primera División de la Infantería de Marina que llegó a Bagdad para derrocar al entonces presidente, Saddam Hussein, y en 2004 lideró la toma de Fallujah, bastión de la insurgencia sunnita.
Célebre en combate, Mattis se dio a conocer por unos polémicos comentarios tras su paso por esas guerras: “Uno va a Afganistán y se encuentra con tipos que han andado abofeteando a las mujeres durante cinco años porque no usan un velo. Tú sabes, tipos que han perdido toda la hombría. Y sí, es muy divertido dispararles. De hecho, es muy divertido combatir, es tremendo”, dijo entonces Mad Dog.
En 2007 fue promocionado como general de cuatro estrellas a la comandancia del desaparecido Mando de Fuerzas Conjuntas, y en 2010 alcanzó la cúspide de su carrera militar al ser nombrado jefe del Mando Central, encargado de las operaciones en Oriente Medio, en reemplazo del general David Petraeus, nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Para poder acceder al puesto que le propuso Trump, Mad Dog necesita que el Congreso le conceda una excepción, ya que la ley estadounidense establece que deben pasar al menos siete años entre su retiro como militar y el acceso a la jefatura del Pentágono.
Con mayoría republicana en ambas Cámaras, se espera que Trump consiga esa excepción para Mattis.